El demonio está diciendo adiós.

El demonio está diciendo adiós. Fin...

Prefacio.

Así termina, o empieza, un escrito que no recuerdo muy bien en qué circunstancias lo escribí. Recuerdo que ocurrió de golpe, sin pausa...mis manos no se reconocían, tal como volaban en el teclado negro. He decidido transformarlo sin reconducirlo, ni añadirle pinturas para favorecer su lectura... con la insana intención de situar el texto en un contexto con suelo bajo vuestros pies.

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El Dr. Twain es un investigador de la mente y encara al ser situado frente a él. Impresiona, el visitante. El tipo tiene una voz cavernosa que hace moverse al lápiz depositado sobre la mesa cuando habla, pero no ve rabo ni cuernos ni nada. Carraspea y se lanza a la ciénaga de un nuevo delirio.

-Amigo... ya estoy listo para su historia. Dado su aspecto, sospecho que no podré creer en su manifiesto...

-Mi nombre visible no es audible y estoy a punto de dejar esta dimensión tan mal endemoniada. Hasta para mí, puede ser demasiado...El cometido de mi existencia en la Tierra ha sido saboteado, vilipendiado, envilecido y, sobre todo, contaminado.-

El doctor se incomoda; Pienso en preguntar su nombre, sólo lo pienso y... el caso es que ha empezado su discurso ¡contestando a una pregunta mental mía, su nombre!

-La transmisión de una frecuencia metastásica en la vibración del orden y el caos ha quedado diluída, igual que el paso de un cometa feroz e insignificante por el universo. La analogía, no discierno si es la adecuada, ya que las fuerzas en juego son tan poderosas como un rayo gamma resultante de un estallido estelar.

Este planeta tiene una historia jamás narrada. Lo mejor es saber que, aún si os la ofrecieran con la verdad fragmentada en pequeñas realidades, no la aceptaríais; y os puedo decir también que el velo que rodea la ausencia de latido nunca ha de ser desvelado, pues en caso de conocer respirando lo que se halla después, vuestras mujeres se negarían a concebir vida en sus vientres...-

Aquí se interrumpe, porque ha empezado a reír. Aprovecho para anotar frenéticamente su discurso, mas percibo su mirada clavada en mí...por un instante, me he sentido un miserable primate... Él está esperando que levante los ojos, para continuar.

-Como te decía, marcharíais en fila a los acantilados, para dejaros caer a miles o ahogaros mar adentro por millones. Es de imaginar lo que puede ocurrir si se tambaleasen los mismísimos arquetipos.

La verdad os puede destruir. Vosotros sabréis por qué.

Empiezo y os esputo: dejad de rezar, para empezar. No se os da muy bien hacerlo (el detalle de la sangre en ofrenda es totalmente decadente), deberían tomar nota de esto. Dadle al bloody maría en todo caso.

Otro salivazo certero. ¡Claro que no estáis solos, capullos! El universo es muy grande y hay muchos mundos guardados en cajas con gatos que son y no son...

Quien pensaría que yo le usara para comunicarme, Señor Twain?-

En ese momento le pregunto su nombre en voz alta, y con una mueca contesta, casi para sí mismo:

-Me he dado un nuevo nombre, pero no me da la gana de decirlo... digo, de escupirlo.-

Se levanta, dando por concluída la reunión...empiezo a incorporame pero una mano se posa en mi hombro, como queriendo indicar que el gesto era inútil, ya.

-Estáis jodidos, bro.

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Imagen/ Ekundayo, artist