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Planeta gatamutante ( y HAL)

MINICUENTOS con y sin Imagen

El regalo de Navidad de Lucifer.

El regalo de Navidad de Lucifer.

El regalo de Navidad de Lucifer.

 

En una ocasión os dije que Luci abrió El primer sello, mas lo volvió a lacrar.*

No fue una mentira, solo os voy a contar lo que ha sucedido después. Al fin y al cabo, ya está hecho y voy al dictado. Prosigamos.

Cuando volvió a depositar el contenedor cristalino al pie de las olas, la acidez de las aguas fue minando poco a poco el lazo apresurado de La estrella del alba, y los elementos radiactivos mutaron la pureza del lacre interior. Ahora está definitivamente roto. Cosa nuestra, cosa nostra; agua sucia.

Estamos fritos... la ira de Las altas esferas es tremenda, hemos interferido con nuestra hez en asuntos ya escritos, nos hemos adelantado a los fraudes divinos.

Y por ahí hay un diablo pensando en darse ya el piro, pero sigo:

El segundo sello...El segundo sello se...

Vale, vale, es Navidad, ya os contaré en otro momento qué ocurrirá, o que está sucediendo ya. Disfrutad de los vuestros, como si no hubiera un mañana.

Feliz lo que queráis, de verdad.

 

* Micro participativo en "El universo de las palabras perdidas".

Como un ángel.

Como un ángel.

No puedo decir si estoy viva o muerta; ante mí hay figuras suspendidas en un espacio inmenso, sin delimitar. No puedo abarcarlas a todas, son miríadas, y veo (o siento) que cada ser cuelga con cadenas que los mantienen tensos... y son doradas, negras, retorcidas o tirantes, pero no veo (siento) ninguna que me sostenga. No sé si estoy muerta, pero esto no puede ser cielo ni infierno, en caso de que existan...

Siento cierta paz, al fin, flotando entre ellos sin tocarlos. Ahora me doy cuenta que el silencio es sonoro y empiezo a sentir una cantinela que desprenden las ataduras de esos miserables inocentes...o puede que no sean inocentes, sino ignorantes. En todo caso, ahí están, y todo por culpa de vosotros.

Cada vez que decís algo parecido a "Me está mirando desde arriba, me cuida, me acompaña como un ángel", provocáis...

 

Tengo que interrumpirme. Por favor, decidme si continúo el relato. La entrada al enigma debe ser aceptada, bien lo sabía aquel que entraba sólo al ser invitado.

Hace tiempo que no me atrevía a visitar esos reinos, que es mejor ignorar. Os lo envío a unos cuantos, pocos, esperando que el silencio, o la negación, pueda dejar mi conciencia en paz y no continuar... Tened en cuenta que, tras lo que os cuente, no podréis volver a decir (o pensar), ciertas frases sin dejaros un interrogante terrible.

¿Que ha sido antes, el sueño o el relato?

¿Que ha sido antes, el sueño o el relato?

Esta mañana me desperté con una frase en mi cabeza, la oía claramente...además, me he incorporado, sobresaltada, nada más abrir mis ojos. No establecí la conexión hasta que recordé la frase fatídica, después. Transcribo aquí el relato, aunque no se si...

¿Que ha sido antes, el sueño o el relato?

 

-Holaaaa.

-No me fastidies, Lucifer...

-Vaya, generalmente tu educación no me recibe así.

-Estaba con Morf...

Le miro desenfocada; está en plan trajeado, lo que me faltaba. Significa que trae la artillería pesada. ¿Nunca habéis charlado con él? Es de lo más interesante, diría, si fuera un kender... y en modo humano diría que puede ser un gran incordio.

-Empecemos, mutantilla.

Cuidadito cuando comienza con algo parecido a un movimiento de baile, para explicarme bien. Hay que ser neutro al principio, no le deis nada. En otra ocasión os contaré por qué es buena señal que no pronuncie vuestro nombre. Le digo en voz baja:

-En otra ocasión, tal vez.

Ya está. Ni una palabra más, a ver si lo entendéis...si no, estáis perdidos.

-Te estabas olvidando de mí y pensé venir a charlar un rato. ¿Unas damas, ajedrez...?

Tan clásico, él. En este punto, recordad que no debéis contestar nunca a eso. Atacad sin compasión:

-Me pregunto si un ser como tú alguna vez duerme. Puede que tengas miedo de estar solo...¿Tu duermes, Luci? Igual es que te aburres de ti mismo.

 

Se ha cabreado. Vamos bien, ya estamos a la par. Me preparo para oír el berrido que llegará a un kilómetro por lo menos, atufando con polvo del espacio:

 -¡No necesito dormir, ni soñar! ¡No soy humano, criatura! Bah!...

Quizás me he pasado, mejor dejo de mirarle a ver si desaparece y cierro los ojos. El silencio se arrastra, cuento mis latidos y, si le dejo, viene el miedo... Y yo, sin coraza ni camisón, agarro la almohada como escudo. Aquí viene.

-Tres años en un pequeño infierno, dos muertes, un fin... ¡Contesta!

-Este ha sido fácil: Tres para salir del propio abismo, dos corazones heridos, el fin es el mismo para todos... Dime algo nuevo, por favor.

(Mi ruego es verdadero, sin embargo; todo está tan gastado...)

-No me estás entreteniendo y puedo enloquecerte, deprimirte, enfermarte, alucinarte...

-Esta especie ya se basta y sobra, para eso. Mira a nuestro alrededor.

El olvido es nuestra tabla anti-naufragio y me amenaza de mala manera ya:

-¡Nunca olvidarás, pequeño incordio, ninguno de vosotros!

Si alguna vez en clase de física corporal habéis caminado por la barra de equilibrio de cuatro centímetros de ancho, sin gustaros un pelo...así era la sensación, si.

-Poco a poco, señor de las Luces. Además, cada vez que atraemos un recuerdo, perdemos un poco de el mismo recuerdo; cuanto más lo evoquemos, más lo deformamos... Y todo eso, para adaptarlo a salvaguardar nuestra psique. ¡Oye, si pensé que era cosa tuya!

Sabe que tengo razón. Usamos nuestro cerebro como lo usamos, es de risa. Creo que llega a la misma conclusión, porque empieza a reír como solo él sabe hacerlo. Espeluznante, de veras; hace que uno desee no tener ojos ni vísceras. ¿Puede un ser desencajar así sus mandíbulas, sin perder un ápice de esa extraña belleza?

Escucho un chasquido, un fru-fru de telas chispeantes y, por el rabillo del ojo, veo un revuelo que se aleja...o se acerca, ya no sé.

-En otro momento, entonces. Hoy, la risa te ha salvado.

 


¡Esa fue la frase que resonaba en mi mente, al despertar!... Cuando salía del reino del Sandman, esa fue: La risa te ha salvado.

El arrastrar de la silla.

El arrastrar de la silla.

Nos daba clases particulares, el pederasta. Ahora tengo un nombre que darle. ¿Qué edad tendríamos? No llegaba yo a los once, seguro. Uniforme de colegio... y, mientras leía una lección, una mano se posó en mi muslo. La entonación monocorde sufrió un agudo ahogado. Estupefacción infantil, asombro, temor...

Otro día cerca de sus manos. He separado lo máximo posible las sillas de él. Soy la mayor y un instinto protector hace que siente a mi hermano a mi izquierda, junto a la pared. Si me hace eso, puede que a él también. Aquí entra...Otro momento de latidos incontrolados, rogando que no vuelva a empezar esas caricias con esa mano sudorosa . Separo mi silla, separo mi silla, separo mi silla...

Tengo su rostro clavado en mi mente, aunque ya no recuerde su nombre. Tampoco recuerdo cuanto tiempo duró ese pequeño infierno pero, al escribir esto, un desagradable estremecimiento recorre mi cuerpo, aún hoy...

¿Cómo no lo dije? ¿O si lo dije?...Hay una bruma compasiva, mas los sentimientos están para siempre. La vorágine que se abre camino en una mente infantil, y una vergüenza inexplicable, un temor a no ser creído silencia unos labios que están locos por hacer un grito con ellos...

El arrastrar la silla acabó, como acaba todo en la vida. Nada es permanente, salvo las cicatrices.

Hacedme un favor: escuchad a los niños.

Hicimos click.

Hicimos click.

No pudo resistirse a fotografiar aquel cuadro en movimiento. Decidió guardar ese instante haciendo click e, increíblemente, capturó también la imagen de un ser que no quería ser visto, con un camuflaje perfecto, según estándares fuera de la comprensión humana. Lo malo fue que lo notó: Click.

Soltando un diagnóstico malsonante, casi la atrapó.

 ¡Estaba indignadoa! Y por eso, vigiló a aquella que capturó su sombra (se pone indignadoa porque no se sabe la naturaleza genérica de tal ser, no intenten comentar regla ortográfica alguna), mas... ocurrió algo más:

Ella, esa humana sensible, decidió compartir y de nuevo hizo click. Muchos ojos miraron ese azul y esas nubes, pero unos ojos acristalados vieron una sombra sobre esas blancuras gaseosas. Decidió comentar, esperando que alguien lo percibiera también, y dijo a su autora: si te digo lo que veo...

-Pues relatea, relatea.

Contestación lógica, pero...Se dio cuenta que no podía escribir lo que sus ojos le decían. Con mano temblorosa trazó unas líneas, emborronó de naranja una sección de la imagen, reseñando debajo una especie de visor y una nariz en forma de ...¿trompa?

 Este ser se subía ya por las paredes (nebulosas) pensando en la reclamación que pondría al miserable Caín, que le vendió el artefacto camufladero justo delante de las narices del mismísimo Morfeo, en su propio reino del Sueño...y si el Sandman se enterara por Abel (el hermano tontuelo de Caín), ¡lo iban a pasar mal!

 

Algo hizo que desistiera de continuar. Dejó la imagen tal cual.

 

 

..................

Imagen sin modificar by Siha, el resto es cosa mía.

Les llamo Nano-caos.

Les llamo Nano-caos.

El elevador, silencioso, me sitúa justo en el punto de encuentro. Solo de una ojeada, preveo dificultades. Avanzo un par de pasos, mientras una figura humanoide termina de acceder desde el transporte militar, una Lanzadera pequeña.Ya frente a frente, todas mis expectativas caen rodando por el suelo. Esperaba algo diferente, pero es perfectamente anodina.

Me presento como su Coordinadora y hago la pregunta inicial, según me indicaron.

-¿Cual es tu nombre?

-Es S.N.230019.

-Yo tengo un número, pero también un nombre. Cuando nos relacionamos lo usamos.

-No me han asignado ninguno.

-¡Eso no puede ser! Piensa en uno que te guste.

-Eve, creo.

-Bien, Eve... ¿Eres cambiante? En el expediente se insinúa potencial en el control celular básico.

-Si, pero no me gusta ese campo de experimentación. Fue...extraño.

-No te preocupes por eso. Dime, ¿ésta es la forma que consideras más afín a ti?

-Negativo...Puede.

Una alarma interna, pequeña pero insistente, hace que detenga mis preguntas.

La invito a caminar por el complejo exterior mientras pienso a toda velocidad, al menos la que me proporciona mi cerebro. Debería enviar una protesta, por las condiciones en que se encuentra... y al momento siguiente desecho la idea; de donde llegan, no podría esperarse otra cosa.

 Debo darle el impulso final, luego mi cometido termina. Detengo mis pasos y la miro fijamente.

 -Tenemos tiempo, Eve. Imagina la apariencia que te permitiría desarrollar todo tu potencial. Piensa en qué acciones te sentirías preparada mejor que otros o, simplemente, ajusta lo que creas en tu cuerpo...

 Eve sostiene mi mirada. No mido el tiempo ahora, en el momento más importante.

Hay un silencio sostenido. Empiezo a...ahora sí, tengo algo diferente frente a mí, está formándose una nueva Eve...¿peligrosa? Veo que ha endurecido su expresión, otro signo alarmante. Solo cuando eso sucede, tengo permiso para entrar en los sujetos. Dejo caer mi mano es la suya, contacto; comienzo su introspección.

-Eve, detente, aquí no podrías...intenta otra.

-Has dicho que imagine.

-No, espera... era para tu desarrollo, Eve.

Antes de que interrumpa el contacto, envío a través de mi piel miles de órdenes contradictorias. Los llamo Nano-caos. Se crea un trauma en el que el cerebro es incapaz de elegir uno entre millones, por así decirlo.

No quiero matar aunque, en realidad, no puedo aunque quisiera... aún conservo la Primera Directriz. La transformación de Eve queda interrumpida y transmito al Transporte que la unidad S.N.230019 de Tierra-SOL es rechazada.

Todas las creaciones de ese planeta llevan un componente asesino.

8.88. El juego para locos.

8.88. El juego para locos.

8.88, o El juego para locos.

 

Fui a comprar a un supermercado, antes de entrar al trabajo. Olvidé la comida en la mesa de la cocina...eso me pasa por salir de cero a cien por hora. Ya pagando, ocurrió de nuevo.

-Ocho lerus con ochenta y ocho.

-Vale.

-Deberías jugar a algo, mira los números en la factura que te ha salido.

-¿Tu crees?

-Claro, es signo de que vas a tener suerte, si juegas.

-¿Al bingo, la primitiva...? - No puedo evitar sonreír. Por un momento, me hubiera gustado creerla. Se encoge de hombros:

-Quién sabe...

Sabiduría de la esperanza perdida, me temo. Prefiero no decirle que, días antes, otra compañera de tienda me dijo, en esa misma caja de pago:

-Seis euros con sesenta y seis...

Y me miró raro, como si yo pudiera empezar a escupir en verde y todas esas cosas. Igual era una fanática, no sé.

 Así que no, no dije nada más y me marché.

 

 

Epílogo.

No jugué a nada, pero me hizo recordar algo que, por ocurrirme rompiendo el sueño, se encontraba al fondo de mi mente. Los números no funcionan así; son ellos los que juegan con nosotros. Si no...¿como es posible despertarse noche tras noche a las 0.00, 1.11, 2.22, 3.33...? El último posible con mi reloj fue a las 5.55. Entonces, esa madrugada, dije en voz alta:

-¿Y ahora, qué?

 Pues está claro, ya vamos por el 8.88.

Te leo el pensamiento.

 

"Nada nuevo bajo el sol...(tampoco lo quiero)...Todo, una y otra vez (quizás, sea el miedo a ver)..."

Mis ojos están clavados en ella, tras mis gafas oscuras. Me asombra esa manera de pensar, parece que intenta convertirlo en versos. Dejo de mirarla y vuelvo la vista a la oscuridad, que se desliza con destellos luminosos tras los cristales sucios. En este mundo el neón nunca muere, o casi nunca.

 Tengo la facultad de leer pensamientos, por eso me fui de la jungla urbana y me trasladé aquí, hace tiempo. En el tranvía es inevitable, aún a última hora, encontrar pasajeros. Intento que mi mente no escuche, pero...

Otra, sentada cerca del conductor, irradia frustración intentando conectarse, con la vista clavada en un mundo intangible y me llega inevitable, como una ola rizada, su pensamiento teñido de asco...Ladeo la cabeza, un gesto inútil, para apartarme de su interior.

No tenía esta facultad antes, ni nací con ella. De hecho, surgió poco a poco. Puede que nunca sepa el motivo.¿Lo he llamado facultad? Debería decir maldición, por ser yo quien soy...es decir, no soy nadie. Un gran estratega militar, un tiburón financiero, un loco creador de sectarismos, un publicista de masas...esos sí le sacarían rendimiento a la cosa. Yo solo quiero que desaparezca.

Alguna vez leí eso de: el poder que querrías. Pues bien, los que dijeron "leer el pensamiento", debían de ser unos mirones de mucho cuidado. Invasores de la intimidad personal y privada, porteras de patios de vecinos, parásitos mentales. Cuando pidan un poder, que no sea leer los pensamientos; es de muy mal gusto.

¡Anda! El conductor está pensando que vamos a descarrilar...

 

 




La locura de Dios

La locura de Dios

 

 

La locura de Dios.

 

Esto que llegará a sus cerebros a continuación no fue redactado, sino transmitido...y debo resaltar que no ha surgido de mi mente superior. Simplemente soy el mensajero obligado, como un ángel del apocalipsis cualquiera, mas tampoco relataré la manera en que llegó, a través de una agonía insoportable, pues mi importancia aquí es nula... y supongo que debo compartirlo a mi vez, aunque quizás quiera, además que deba. No voy a desesperarme solo yo.

Ojalá pudiera hacerlo en torno a un fuego de un sol negro, con unos pocos miles de oyentes, pero ahora eso ya no es posible. El universo vive sus últimas horas de luz...Incluso yo, la perderé.

 Cuando terminen, podrán hacer preguntas al aire, es indiferente. Me limito a anticiparles La locura de Dios; así es como me gusta llamar al mensaje. Esperaba que tal acontecimiento me llenara de alegría, pero al no estar involucrado ha perdido toda la emoción.

Entonces, ahora, ajusten sus sistemas de percepción visual y prepárense para lo que viene, para lo que fue, para lo que vendrá.

Gracias por su no-tiempo.

L.

 


Siendo mil en todos los mundos, emergió hecho jirones, porque el mismo pensamiento se resiste a desaparecer y volver a nacer, mas esas hebras eran suficientes para continuar. Y saltó hacia el Eter.

Cuando el camino del Aire terminó, atravesó el pórtico del Fuego, la única vía posible (y existente) que su potencial conocía. Cuando el fuego consumió el última mol de su ser, se obligó a continuar, porque la gran corriente bramaba siempre cerca del Pórtico. Se arrojó, con un último impulso, al camino del Agua. No enloqueció ni gritó, no se perdió ni lamentó, era casi pensamiento puro. Y como el agua era vida, solo continuó.

Instantes o eones eran algo sin importancia, se reconfiguraba a la par que la corriente menguaba. El origen estaba cerca ya... Y en aquella cercanía, en aquella encrucijada que albergaba paredes ciclópeas y níveas, nada protestó.

El viajero se detuvo, para asomarse al sumidero por donde el agua se precipitaba. El tamaño era engañoso, aquello abarcaba galaxias enteras, que conformaban un universo experimental... No, el camino del agua había terminado para él. Y cuando dejó la corriente, la bóveda transparente que la cobijaba tembló.

 Era una sombra diseminada en aquel destello perpetuo que recordaba ahora de forma tan nítida, mientras iba recobrando, momento a momento (solo por estar allí), la gloria de lo que fue, y su forma original volvió a ser suya, sus livianas pisadas se hicieron firmes, con el ritmo y la gracia perdidas. Estaba solo en esa magnificencia, era consciente de los ecos que reverberaban a su paso, y se preguntó por qué estaba tan vacío... 

Deambulaba sin mirar, era presa de una ordalía fraguada en la disolución. Toda la voluntad gastada quería irse para enloquecer, mientras escuchaba desde las paredes encumbradas una sentencia:

Todo volvía, todo regresaba.

Su memoria le golpeó en una miríada insoportable y gritó. Gritó como nunca sus memorias recordaban, desgarrando su voz con lo que le asaltaba. Y era todo.

Todo volvía, todo regresaba.

Otras pisadas, otros pensamientos, sus juegos...Recorría una y otra vez esas estancias insustanciales, sin más compañía que el fragor de la sima por donde el agua se precipitaba.

Volvió junto al sumidero y permaneció allí durante nacimientos nebulares y formación de estrellas, y aun durante la muerte de la materia oscura en medio universo. Por fin, se desperezó y empezó a reír y llorar a la vez, simultáneamente tuvo un orgasmo y experimentó la agonía del dolor, amó y devoró, adoró y asesinó, y cien mil maneras más para abarcar... Aquello era lo que emanaba de aquel agujero.

 Supo por qué estaba solo. Quizá, era el primero en regresar. Quizá, había otros caminos que los otros conocieran y no portara en su interior, pero pensar en ello le aterró. Sería estar condenado en un recorrido circular, ser el uróboros. Sus memorias le dijeron que había vuelto al punto de partida, pero nada más.

Arrancó las inmensas baldosas y los campos nebulares, cegó el cauce prístino y utilizó el cristal para anegar la cascada en el Portal. Tomó tal decisión, sin importar los otros ya, ni el universo experimental más allá del agujero.

 Y, recordando la primera concepción, pronunció: Hágase la oscuridad.

Ranita extraña

Otro micro para El Universo de las palabras perdidas. Nunca dejan de sorprender los relatos que habitan allí

 

Ojos por todas partes, fue lo que pensé cuando llegué con mi secuestradora, aunque el silencio también me sorprendió. Eso supuso un punto negativo, teniendo en cuenta que eliminaba un sentido en mí.
-Empezamos mal.
Ya está, lo digo rotunda, sin acritud, (y sin escucharme). Dudo que Kap-as siquiera lo entienda, no es como yo. 
Me siento en un tronco caído y no la pierdo de vista mientras deambula entre la vegetación azulada y se alimenta con lo que se supone que coman estas criaturas. Nunca había visto una así, ni en mis sueños, y no sé de donde viene ni a donde va... 
Lo gordo, el inicio, sucedió cuando la toqué involuntariamente en aquel riachuelo de la montaña. Mi mano se poso en su cuerpo y todo cambió a mi alrededor. Donde había monte aparecía un arenal inmenso, al borde de un mar de fuego, y recuerdo aún el calor insoportable. Debí de apretar su cuerpo y de nuevo volvimos a otro escenario diferente, y a otro, y a otro...
No sé cuanto tiempo ha discurrido ni en cuantos mundos, o realidades, o lo que sea, hemos aparecido, la sorpresa aún no se ha ido de mi cuerpo.

A veces emite un sonido que suena tal que Kap-as, por eso la nombro así. Creo que me lee la mente, de alguna manera. Si tengo sed aparecemos cerca del agua; si tengo hambre, en algún campo frutal.
Esto es alucinante. En un par de sitios flotantes, casi nos eliminan unas entidades horribles. Ya le he dicho muy enérgicamente que los borre de su lista, que en una de estas no lo contamos...
Espero que, si tengo suerte, regresemos al riachuelo donde toda esta locura empezó. 
Voy a buscarla ya, me siento incómoda hablando sola (y sin escucharme).
¡Ay!,ranita extraña...

El sueño de un encanto

Un nuevo aporte para El Universo de las palabras perdidas, donde la imaginación alimenta la pluma, en manos de mentes fantásticas...

El sueño de un encanto

Ahora duermo, lo sé. No será para siempre, eso también lo sé. Es parte de mi condición, saber; y si es una maldición o es un reconocimiento de mi poder, ya no me importa, porque es.
Aquí vive el silencio, mi dueño. Aquí permanezco porque me atan cuando me nombran por mi nombre verdadero, ese que olvido al escucharlo, que me esclaviza sin remedio.
Me olvidaréis, me lo dicen estos huesos pequeños que ahora llevo, rodeados de ecos transparentes...y un gato, con el extremo de su cola llameante, que quiso jugar conmigo intentando atravesar el cristal.

Me ha prometido que cuando sueñe, seré libre.

Toda una artista.

Toda una artista.

 

Nuevo aporte para el Universo de las palabras perdidas. Dedicado y todo.
La autora de la imagen, a su vez, aportó un lujo de micro allí. Lo que inspira el desastre, oye...
..............

Trataba de avanzar frente al teclado, solucionado el problema del pasillo, al parecer. Tenía un atasco monumental en su novela, una especie de cortocircuito en la inspiración. Justo en ese instante escuchó que su amiga la llamaba a voz en grito.
—¡Ya está, Ana!¡Ven a elegir el color en la paleta que te he preparado!
Se levantó, pensando que fue buena idea que su amiga pintora le ayudara con la obra del pasillo cuando se lo comentó; que no andaba muy sobrada que digamos.
Quedó petrificada cuando llegó a su extremo, cubierto el suelo con periódicos viejos.
—Mira,no dirás que es un pasillo aburrido. He pensado que si pintamos de rojo vivo esa esquina...
—Pero...esos cables por fuera, y la lámpara así...
No podía creer lo que veían sus ojos.
—Sabía que lo notarías enseguida. Los cables son las venas del edificio; si unas llevan sangre, éstas electricidad. El alma del edificio. Sabía que lo apreciarías.
—¡Las venas van por dentro, y aquí están al aire!¡Y una casa no es un cuerpo!
No sabía qué hacer: si saltar a la garganta directamente, empezar a gritar y no parar...y mientras se debatía mentalmente, su cuerpo fue más sabio y se desmayó.
Mientras llegaba al suelo, aún pudo escuchar:
Será único, soy toda una artista.

La ejecutora

La ejecutora

No parecían diferentes, cuando nos paramos a un par de metros de las niñas. Hablé moviendo apenas mis labios agrietados.

-Así que, estas son las niñas de las estrellas...

-Si.

 Odiaba el laconismo de mi guía. Nunca me daban datos completos o información que pudiera orientarme en mi tarea. Pero se le escapó algo, dos cosas llamaron mi atención. Una, la menor, había reído en cuanto salió al exterior y dio sus primeras bocanadas de aire. La otra, a las pocas horas empezó a hablar, antes aún de controlar sus labios para succionar. Dejó a Malaquías y a Nostredamus por los suelos, en su primera parrafada..

Decidí indagar para satisfacer mi curiosidad.

-¿De qué han sido capaces, siendo tan pequeñas, para que me llamarais?

Con cara de fastidio, advertido de no contrariarme, soltó todo de golpe.

-Faltan cien almas, puede que más. 

El alto funcionario del templo se estremeció visiblemente justo en ese momento. Aún con una casi sobredosis de NoAl-3, empezaba a ser influenciado ante ellas.

La ejecutora no lo necesitaba. La cercanía era casi insoportable, si, aunque observó que a otros mamíferos parecía no afectarles. Un gato encaramado cerca parecía tranquilo y los pájaros no mostraban alarma alguna, con sus trinos dedicados al cortejo.

-¿Tenéis la seguridad de hacer lo correcto? Acabo de pensar en varias alternativas posibles.

-¡No debes cuestionar a los superiores! Hazlo ya.

Volvió sus ojos llameantes a las dos niñas, muy despacio, y le contestó con un susurro casi inaudible:

-Yo voy por libre, imbécil.

En ese momento la mayor acercó una ramita florida a su rostro, inspirando el aroma y mostrando una maravillosa sonrisa en su cara. Algo se revolvió en su ser interno y dudó.

Eso fue un error inmenso por su parte.

Las dos niñas levantaron la vista y la miraron, a la vez. Se sintió desdoblada, la sensación de tener un pie posado en magma y el otro sumergido en hielo... todos los opuestos se reafirmaban sin fundirse, en un instante de caída sin aire ni sustancia amiga. Por un instante, se bloqueó ante el recuerdo abrumador de otra caída, tan antigua...Con un esfuerzo supremo, encontró un vértice reconocible para regresar a ese tiempo, a su cuerpo de alas arrancadas.

-Casi, casi, peques...

En un parpadeo asomaron dos cuchillos de sus mangas. Refulgieron en sus manos las armas más arcaicas que encontró en su cubil, porque (también) todo artefacto se descomponía ante ellas. Hizo una reverencia burlesca y luego el acero bailó.

-...Pero el cielo se lava las manos. 

Dos relatos para una imagen

Dos relatos para una imagen

Dos relatos para una imagen, desde El Universo de las palabras perdidas. Me gustó tanto, que pedí a su autor permiso para llevar de paseo un relato que provoca en mí la más audaz envidia

Reflejo

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Sueño, y en mis sueños veo cómo me desdoblo, cómo emana de mí una imagen como un reflejo; pero cuando me fijo en él, descubro que no es un reflejo exacto, más bien es un reflejo roto, que hace justo lo contrario a lo que yo hago. Si yo me levanto, él se acuesta, si yo ando en una dirección, él se dirige hacia la contraria; mientras yo permanezco en el suelo, él flota junto al techo. Le miro fijamente, con el cejo fruncido, y él me mira sonriente, como conocedor de mis pensamientos. Y entonces una duda me asalta, ¿es contrario a mí... en todo?

Si yo diera limosna a alguien, ¿Él le robaría? Si yo tratara de salvar a alguien, ¿Él le mataría? Si yo amara a alguien, ¿Él le odiaría? Entonces recuerdo que ese ser ha salido de mi interior, y me estremezco. Noto como el odio me sobrepasa, y trato de lanzarme contra él, pero mis limitaciones físicas se hacen dolorosamente palpables, y caigo como un peso muerto.

Despierto con un sobresalto en mi cama, y al recordar mi sueño, comienzo a temblar; porque aquella réplica, no era en realidad un ser extraño. Aquel ser también soy yo. Y eso me aterra.

 Autor: Vinatea

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Unos días después solté el mío. Sigo con el fallo temporal con los verbos, lo malo es que siempre es tarde cuando caigo.

Madre

-Madre, ¿estás despierta?
Esa frase retumbaba incansable a su alrededor, pero no sabía si se dirigía a ella. Ojalá alguien contestara, era un martilleo incesante...

El ingeniero movió la cabeza dubitativamente y miró al vigilante sin decir nada; habían intentado ya todas las maneras posibles de despertar a Madre, sin resultado alguno. Vigilante formuló la pregunta de nuevo, con un matiz desesperado en su voz, si eso era posible. No concebía la existencia sin ella.

Al fin parecía que menguaba, ese murmullo molesto, y Madre volvió a su rumbo entre las estrellas.


En la Odisseus, todos estaban condenados a un viaje sin futuro. Llegaría un momento en el tiempo en que la hibernación fallara para los seres que la habitaban, pues hasta las máquinas llegan a la vejez. Vigilante pensó en aquello y mucho más, en su cerebro de sinapsis lumínica, y por primera vez experimentó eso que llamaban soledad.

Sorprendió al humano junto a él, al preguntar por última vez:
-Madre, ¿por qué me has abandonado?


A ti, que lees esto

En éste es fácil de imaginar la imagen. Un botella con un mensaje, varada en una playa. A qué más?

 

A ti, que lees esto.

 

 

Aquella arena quemaba... caminaba desnudo, sin una brizna de brisa para refrescar su piel. El agua, aparentemente limpia, era intocable gracias a los microorganismos nocivos que bullían allí, aunque a él no podía afectarle. Ese lugar parecía un pequeño infierno, pero era suyo.

Al final de la playa encontró una vieja botella, medio encallada. Estuvo unos momentos considerando la idea de seguir su camino sin recogerla y olvidar lo que atisbaba en su interior.

Dio un paso... se volvió y, recogiéndola, la sostuvo en una mano. No fue difícil abrirla, esperaba más oposición, dado el tufo que despedía. Desenrolló el papel endurecido y leyó una frase escrita en multitud de idiomas:

"A ti, que lees esto. El primero de los siete sellos acaba de abrirse."

 

Enarcó las cejas, sorprendido, pero después sonrió y negó con la cabeza, mientras rehacía el lacre sagrado del vidrio, volviendo a depositar la botella en la arena, tal como la encontró.

Aún quedaba mucha diversión.

Hip.

 

Ufaa, llevo un atraso de aportes en El Universo de las palabras perdidas sin aparcarlos aquí. Tengo que preguntar si puedo traer aquí al planeta las imágenes, en diferido, tras su publicación formalita y serena (pasan  un cacheo por la nueva Suma Inquisidora, dominando las comas y los signos que da gusto), tras ser atraído al lado oscuro de la realidad el anterior Sumo Inquisidor, aunque iba dejando letras por todas partes...Ya se me fue el hilo.

Volvamos entonces al relato de marras: 

Imagina una ilustración de un murciélago con unos ojos grandes y brillantes, colgando a su manera de una ramita verde y tiene carita de no haber roto un plato. Golfillo.

Le titulé Hip.

.................................

Todo empezó de pequeño, en una visita familiar. Me aburría...

-Abuela, ¿tienes algo para leer?

-Vamos a ver...

Y me prestó uno de los libros que tenía en aquel trastero, intrigante y pacífico, junto a la entrada. Un vampirillo colgado me miraba con unos ojos redondos y asombrados desde la portada. Debió de ser un mensaje premonitorio, ya que un escalofrío recorrió mi espalda al sujetarlo entre mis manos...aunque no recuerdo ya de qué iba el cuento.

Lo que sí recuerdo es el mordisco que lo cambió todo, años más tarde. Cuando desperté, sólo tenía presente una frase en mi mente, acerca de alimentarme bebiendo lo rojo, el sustento rojo y aromático. Nada más. Nadie más.

Tuvo la suerte ganas de llevarme en mis nuevas alas a una bodega, donde encontré unas grandes cubas, rebosantes de "eso" rojo, y ahí vivo desde entonces. O no vivo, según se mire.

¡Ahora yo también cuelgo cabeza abajo! aunque es muy difícil, a veces, sujetarse bien...son los efectos secundarios, supongo, junto con el hipo, y el radar se me estropea cosa mala. Por lo demás, bien, aunque los otros dicen que no he entendido bien lo del sustento rojo...

Que sabrán ellos...¡Hip!

Diálogos de besuga.

Un aporte más para El Universo de las palabras perdidas. La imagen es refrescante porque hay agua y una sirena y un pez abismal...ahí es nada, como se suele decir. 

Diálogos de besuga.

 

-¡Otra vez aquí!

No es que lo dijera con desprecio, pero su tono terminaba con una nota superior.

No contestó, aunque su luz titiló temblorosa.

-No estarás pensando comerme, dentro de tu cabecita.

Jugaba. Las sirenas eran así.

-Quizás, vienes a pedirme algo...pero ¿de veras crees que tendrías alguna posibilidad?

Empezó a reir, aunque pudo evitarlo. Sacudió su melena de sirena cuando puso el sombrero de copa al revés, y dejó de mirarle.

Cuando atacó, su luz se apagó.

La risa, también.

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Ojos castaños.

La imagen me entristeció al verla. Caballos, la orilla del mar...y humanos. Nueva aportación para el Universo de las palabras perdidas.

.........

Ojos castaños. 

 

Con un gesto desesperado sacudió la cabeza, para evitar que las lágrimas asomaran en sus ojos castaños. Veía la captura, impotente, desde una loma cercana. Con la nobleza de su sangre trató de acercarse y luchar, mas no podía avanzar ni un paso en su dirección, maltrecho como estaba.

Los llamamientos entre sus hermanos, los golpes de los cascos en los cuerpos, el miedo, le volvió loco. Las olas, al llegar a la orilla, le pedían al mar que golpeara también, o las llevara en espuma entonces, fuera de esa locura...

¿Quién dijo que los caballos no lloraban?

Donde las estrellas soñaban

Este relato está inspirado en un micro llamado "Danza", en el Universo de las palabras perdidas, donde también se encuentra la imagen. Es extenso, y pensé que parecería un galimatías , excepto para los compañeros que sufren mis relatos en Gisicom, que ya están más o menos acostumbrados...

 

Donde las estrellas soñaban.

 

Viajaba en persecución de la Hacedora evitando la luz desatada, las constelaciones, los bárbaros rayos verdes que explosionaban agónicos...Con una hebra extendida de su ser, degustaba las partículas (casi indetectables) más antiguas y olvidadas entre universos, para fijar su rumbo. La caza había sido reanudada, y los recuerdos espoleaban su rebeldía a obedecer a la pareja primigenia. 

No era difícil encontrarla cuando se escapaba, iba dejando un rastro espectacular y estremecedor. Cada vez que su loca hermana otorgaba la Vida, la materia oscura gritaba en agonía dentro de sus venas superficiales, arrancada del dulce caos donde las estrellas soñaban. Miró las nacientes arterias internas, negras y pulsantes, para formar segundos y siglos que las recorrieran, mientras emprendía la cacería.

Aún evitando las energías más voraces, necesitaba protección y desplegó la capa semi-viviente que rescató del señor del Tiempo y Padre guardó para sí, tan ladino... Casi formó una esfera perfecta con la flexible cubierta envolvente, cuando el cuerpo se replegó en la parte final del viaje, sintiéndolo maldecido. Y recordó, también, mientras su rostro se delineaba al detalle, mientras recomponía el organismo que utilizaba en semejantes rastreos.

Recordó lo que sucedió y las separó para siempre.

Era ahora su némesis, su antagonista y, aún así, Padre-Madre le había encomendado la búsqueda, nuevamente. No sabía si podría acatar la orden cuando la hallara. 

"Sin Muerte, dijo Madre." Todos sabían que la dueña de la Danza era su favorita.

"Pero el señor del Tiempo que me acompañaba desapareció en la salida anterior. La bailarina le confinó en un laberinto de posibilidades, en la cinta sin fin... Desde entonces porto dos nombres de poder porque decidieron que yo, de todos los hijos de Padre-Madre-Universo, soportaría mejor el don entrópico del Destructor. Cuestión de afinidades. Eso dijo-dijeron..." 

Esta vez ha llegado muy lejos, esta hermana creadora demente. Así que, cuando las tres hilanderas del Telar confesaron lo que habían tejido para la bailarina, al interrogarlas, sólo utilizó el gesto del señor del Tiempo como recompensa, aunque estuvo tentada de tocarlas.

"Sin muerte, Madre, aunque decrépitas."

No podía emitir sonidos, mas sus labios recién formados se estiraron hasta separarse.

Se manifestó cerca de ella cuando al fin la localizó, en un rincón de un pequeño Universo con tres peldaños dimensionales únicamente, aunque esperó a que terminara sus movimientos entre ondas y olas de partículas. Era tremendamente peligroso interrumpirla. 

Una frecuencia cargada de risas incontroladas golpeó su delicado sistema auditivo cuando la otra se dio por satisfecha. Al ver su absurda creación supo que querría matarla, pero Madre-Padre no consentiría eso, si la llevaba de regreso. ¡Incluso se había rodeado de materia burda! Ese vestido simbionte no la iba a proteger, ni la ciencia-magia de las tres entrometidas convertidas en ancianas para siempre. Veía el diseño del embrujo resplandeciendo en rojo, escondido en el tejido del vaporoso vestido... y la grieta, la falla en el propio diseño se mostraba en color blanco y dañino, tanto como era el color de Padre-sin-Madre.

Apartó pensamientos y tonalidades; sólo quiso observar a su presa. No pudo evitar admirar su tenacidad.

"Es incansable, Hermana está creando sin sentido, sin importar lo que deja tras de sí. Pero sus hijos, los más agresivos y depredadores de ellos, al menos en este espacio temporal, se encargarán de su propia destrucción, porque el Sin Nombre definió que el mal uso se vuelve contra sí mismo. Es a ella a la que hay que capturar. "

Dejó que su propia cubierta, parecida ahora a un espejo flexible, terminara de desplegarse en propia piel, neutralizando las oleadas sensitivas que su gemela emitía, envolviéndola completamente salvo una mano, aquella donde la línea de la Muerte se dibujaba en la palma.

Ahora sí, el silencio que ha extendido en dirección a la creadora ha captado su atención y se inmoviliza, aunque el vestido es arrullado por brisas y suspiros. No dice nada, ya saben. Una, crearía guiada sólo por la melodía que escuchaba en su interior . Su gemela destruiría guiada por el ritmo silencioso del tiempo.

Cuando la cazadora paró el tiempo, el universo obedeció. Cuando levantó la mano desnuda en su dirección, el vestido dejó de moverse y sus pliegues descendieron como libélulas heridas. Cuando le arrebató el parasol que robó al señor del Tiempo antes de traicionarle, mil lunas chocaron. Cuando puso la palma marcada en su frente y las uñas traspasaron la piel, la Creadora cayó.

No iba a permitir que Madre-Padre-Universos revivieran esa carcasa amada con algún engendro.

Dejó que el tiempo volviera a discurrir al inclinarse. Sopló aliento de sus venas sobre el cuerpo de la dueña de la Danza y la desintegró suavemente. Ese nuevo don formaba parte del legado del señor del Tiempo.

 

"Con Muerte, Madre."

Sintió que el equilibrio se restablecía, en el dulce caos donde las estrellas soñaban.


Bajo control.

Bajo control.
He pedido a Vinatea que me dejara llevar su relato de viaje, que me ha gustado un montón! Primero el relato ha cristalizado en nuestro hogar, Gisicom, luego viajó por el rederío y desembarcó en El Universo de las palabras perdidas, y de allí, HAL ha secuestrado (cariñosamente, le advertí) la imagen, que la ocasión lo merece para apreciar el breverío genial...Y allí, además, hay otros relatos magníficos acompañando la imagen.

Bajo control

—¿No crees que esto es un poco exagerado?
—¿Exagerado? Oyen nuestras llamadas. Leen nuestros correos. ¡Controlan nuestros tuits! Esto es más privado, donde va a parar...
—¿Y no has probado con palomas mensajeras?
—Tienen halcones.
—¡Ah! Claro...