el bosque de las luciérnagas negras
Se encontraron en en el bosque de las luciérnagas negras, el umbrío valle del silencio en la pisada y el sigilo, el lugar de los poderosos señores de la noche.
Tras el saludo , serpiente fue la primera en hacer su escrutinio adivinatorio.
-Por qué quieres irte?
Tardó en contestar, lobo estaba más que cansado de evadir a la nombrada de mil maneras.
-Deja de preguntarme, creo que no te convencería. Miró los ojos verticales sin añadir nada más.
-Crees que te librarás de regresar si te marchas ahora?
-No lo se. Y de nuevo miró sus ojos verticales.
La serpiente le mostró en un instante varias posibilidades de vidas, no quería quedarse en soledad de nuevo, era uno de los pocos con los que el juego se convertía en algo interesante y la sacaba de su aburrimiento inmortal.
-No querrás irte por mi mala fama, verdad?
-Nada tiene que ver, sabemos que te toca maldecirnos con aromas de aguas turbias.
Esta vez, la intensidad de la mirada de lobo la impulsó a formular la tercera y última pregunta. Iba a romper el secreto de los poderosos renegados con sólo pronunciarla.
-Sabes cómo evitar regresar, lobo, sin su consentimiento?
Sólo en ese momento lobo se permitió mirar lo que ella le mostraba, intentando ocultar las calaveras medio enterradas y haciendo refulgir las figuras aún sin definir.
Si mostraba el más mínimo signo de vacilación , era suyo!
Lobo miró sus ojos verticales , sin decir nada. Inesperadamente saltó y arrancó la cabeza de la serpiente.
Miró alrededor, sorprendido, las figuras se mantenían sin disolverse...
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