Ello y sombra (2)
-¡Me ha zarandeado la batidora!. - Azul dio un respingo.
-No te ha tocado nada.- Naranja le acusó.
-Te digo que si.- Los labios teñidos se fruncieron disgustados.
-Dame la cantimplora , que eso no es agua.- Rojo retrocedió sobre sus pasos al escucharles y se plantó junto a ellos.
-Si lo es, un poco.- Azul la sostenía sin entregársela.
-¡A ver el aliento!.- Rojo se ponía como su nombre.
Era muy divertido verle. Le obedeció:
-Aaaaahhhhhh.- Hacerlo con la letra “a” era muy elegante, si se usaba la “e” sonaba a flato. Totalmente serio, el pequeño vestido en toda la gama de azules con sus ojos color noche ocultos por el copete, pensaba que era de las mejores “aaaaahhhh” de su vida.
-¡Si le acercas fuego arde!. Ya lo hemos probado.-Naranja estaba entusiasmada con el descubrimiento.
- Luvia y el transparente se adelantan, eso no es educado. ¡Paletos!.- El copete de Rojo se levantaba erizado.
-Toma, también tienes que beber.- Naranja se lo quitó a su hermano y le ofreció.
-¿De donde sacaste que teníamos que estar borrachos al pasar por aquí?.- Olisqueó el contenido y sacudió su copete bermejo. Le dio un buen trago.
-De nadie, a la ida me vino una idea sin motivo, si conseguía regresar no pasaría por aquí de nuevo sin ir hasta las cejas de licor de endrinos.- El copete de Azul caía lánguido, era joven y aún no alcanzaba la longitud del mayor de ellos.
-No son endrinos.- Era así de puntillosa.
-¿Cujenjos?- El copetillo color cielo se levantó de nuevo al responder .
-Tampoco, son verdes.- Con la mano en la barbilla Rojo pensaba en las bebidas de ese color en concreto que manchaba los labios durante días. Se había olvidado completamente de los aventajados y les sacaban una distancia que aumentaba paso a paso.
-Hay un gato grande ¡lo he visto ahora mismo!- Naranja se agachó para verle mejor entre los arbustos.
-Hay de todo, Rojo.¡A mi me ha tocado una batidora!.- Azul sacudía el brazo de su mayor sin parar.
-Otra vez con lo mismo, no se movía.- Seguía agachada y bajó la voz al contestar.
-¿No decías que no era nada?.- El celeste la imitó y en cuclillas se quedó mirándola a sus ojos ambarinos y grandes.
...
Las voces agudas se escuchaban con claridad desde su punto de observación y un bufido divertido escapó de su garganta. Estos tres...¡No era posible! Sombra comprendió que pudieran viajar de un lado a otro de esa manera .
Iban con Luvia, y casi indetectable junto a ella , invisible , su compañero Feer.
Los tres parlanchines de escasa altura y ágiles pies representaban un pequeño tormento para la pareja . Eso le gustó aún mas. Volvió la atención a los mágicos seres.
Se definían a si mismos como los sin miedo. Los avezados viajeros y comerciantes de ideas de todas partes ¡y encantadores conversadores!. En realidad eran tramposos, dicharacheros y atendiendo únicamente las reglas de su gente: los Copetes. Los Altos Copetes, para ser exactos. Procedían del mundo de la magia genuina y ahora en peligro de desaparecer, como tantas y tantas realidades.
Algo si era cierto en ambos puntos de vista sobre sus dones; si había unos seres sin miedo eran ellos. Como decirlo... alteraban la sucesión lógica de acontecimientos cuando se encontraban en peligro vital. De una manera automática, siempre ocurría un suceso inesperado que alteraba el resultado ,cualquiera de los probables en la realidad. Y se creaba una posibilidad nueva.
Quedaban muy pocos ya ... buscaban . Luvia formulaba que si todos se focalizaban en un fin determinado, es decir , exponiendo al mayor numero de individuos llamados Altos Copetes a un peligro extremo la nueva posibilidad surgiría imparable , consiguiendo que la Simetría que al desgajarse creó esta particularidad llamada Universo-Vida y que ahora tendía a unirse de nuevo regresando a su estado original , no terminara de contraerse llegando el fin último de todo.
Era una idea un tanto peculiar, ya que si funcionaba sería para el beneficio de estos seres coloridos, más la desesperación por encontrar una solución era tan apremiante ...Ese era el cometido aparente de Luvia y Feer. Ampliar la probabilidad para todos los supervivientes.
El esquema se presentó en la mente de Sombra sin ninguna dificultad.
Estaba seguro de que Ello vendría al encuentro del peculiar grupo.
….
Ajustó la tela en su cabeza y recogió el cayado . Miró la posición del sol desviando la vista después a la cubierta vegetal. Era tan profusa que dejó los protectores polarizados en la cabaña. Estaba todo lo preparada que podía estar.
Descalza, los arbustos y ramas se apartaban gentiles a su paso imperativo y silencioso. Los rayos solares parecían lanzas incandescentes junto a ella y el inconstante baile de las ramas transformaban las hojas en ojos destellantes y ciegos.
Toda la belleza quedaba a las puertas de su percepción, toda su atención estaba centrada en averiguar mediante su sondeo quienes eran los desconocidos. Giró inesperadamente a la izquierda y los helechos se abrieron con manos invisibles varios metros apareciendo el pequeño sendero por donde iban a aparecer muy pronto. Plantó los pies y su vara firmemente en el suelo y la energía cosquilleó en sus plantas. La tierra también estaba con Neutral.
***
fin de la parte 2
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