La Torre / parte 3
Capítulo 7. Guardián de la torre.
Este es el símbolo del ocaso. Cuatro bestias en una.
Oculta , en su interior, la decisión. Ignorante, su albedrío será la sumisión
Lo que acontezca guardaréis.
No! no se podía consentir eso, no podían dejar que el destino siguiera su curso porque estaba siendo manipulado. Tanta espera , aceptando su estancia en la torre, sin su mundo ...Habían sobrepasado su paciencia. En su más profundo aliento sabía que algo en esa visión estaba equivocado.
Era el momento de actuar , la espera había terminado...
Se despejó al instante. Alarma! Alarma en la torre! Las nubes en el interior se desgajaban en hilos por todo el espacio superior. Permaneció inmóvil, recorriéndola con todos sus sentidos , incluidos los que no conocían sus compañeros del cónclave
No quería manifestarse completamente, no tendría vuelta atrás .
La barandilla zumbaba y las memorias le dijeron que era el comienzo . Simplemente deseó estar a su lado, y se elevó por el aire ,capturando gotitas diminutas en su ascenso, colocándose la armadura , que aparecía de la nada, acoplándose , y rogando que fuera breve el encuentro.
Su espada, curva y ligera, parecida a las antiguas cimitarras, era el azabache más negro y brillante del firmamento , era la madera del ébano primitivo en su empuñadura unidos en un mortífero empeño. Tenía alma y latido pues era una extensión de su espíritu encarnado en los elementos.
La cacofonía le golpeó ,dirigió un gesto y expulsó el caos disruptivo. Tomó posición junto a la barandilla y su cimitarra quedó al frente.....
-Ahora...ahora llega!!-
Todo se volvió blanco. La succión y la expulsión actuaban a la vez, las fuerzas generadas por la rotura permanecían bajo el control férreo del guardián, y la hoja absorbía ingentes cantidades de vacío y engaño, de cadenas de pensamientos de poder.
La voluntad atacada sin piedad , el cuerpo fustigado, no movía ni un milímetro de su posición , sin embargo.
No pasarían!
Pánico! Algo si entraba y era imparable! , superaba su poder por mucho!
-Darin? -
Era él, ….Darin perseguido por las bestias! Su olor era nauseabundo ahora , tan cerca. Darin estaba haciendo la carrera de su vida , casi llegaba, casi!...en cuanto la traspasara, con la espada cortaría el tejido y crearía una anomalía, era la mejor manera ,les retrasaría lo suficiente para ...para lo que hicieran! Que ni sabía el qué!
-Corre , maldita sea, ...Darin!... Salta ahora, hazlo!-
No podría aguantar mucho.
-Vienen, vienen! Guardian!- Darin estaba alcanzando el paroxismo
Con un grito desesperado, nada más ver el aleteo negro de sus ropajes hecho jirones, sesgó el espacio tras él.
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Capítulo 8. El encuentro.
Sin saber cómo, estaba en su estancia. Debió llegar medio atontada por la caída. Ni rastro de corrientes ni locos gritando . Cada vez estaba más confusa.
Sus ropas y el pañuelo de seda azul y blanca que envolvía su tercer regalo seguían donde los dejó, tras la inspección de los Venerables. Se vistió y decidió que sería más seguro llevarlo sobre ella.
Era tan raro este “ lo que fuera”... El silencio ahora era espeso. Decidió buscar a los excéntricos ancianos .
Recorrió los inmensos pasadizos, las salas apagadas, y no encontraba a nadie.
Al emprender el regreso, se dio de bruces con un animal tan grande como un tigre. Sería por la escasa luz, distribuida a intervalos, pero sus ojos brillaban rojos. Famélico, con las costillas marcadas entre piel y guedejas desde su lomo negro , avanzaba sin emitir un solo gruñido.
Sin pensar , lo llamó.
-Ey, chico, ven aquí, ...te dejaron dar un paseo los gruñones?-
El animal flexionó sus patas, pareció a punto de cumplir su orden, que iba a saltar alegremente y empezar a lamer a su nueva amiga.
-Eso es, iremos a buscar algo de comer, estas famélico ...aunque aquí no he sentido hambre , ni sed, pero como también he cuestionado la posibilidad de estar muerta...-
La bestia, se frenó en seco. No por el parloteo de ese dolor ligero que emitía crujidos suaves.
Un punto , dos...tres puntos que oscurecían su vida , dudaba si estaba viva. El dolor que sentía era un susurro, y al acercarse más, la agonía se volvió soportable.
-Vamos, chico! , encontraremos una salida, o una salchicha, pero no nos quedaremos quietos!-
Le tocó. Una caricia amistosa, ligera...Ahí murió por segunda vez. Al menos le pareció que eso era como morir , o como nacer. Y no recordaba ninguna de las dos cosas.
-Tienes electricidad o algo así..?.- murmuró.
Su visión se superpuso durante unos latidos, cuando le miró de nuevo. Sus ojos eran rojos y eran negros , era una bestia y era....antes fue...Oh!
La compasión salía imparable, rabiosa, compartió el dolor, una violación era algo suave comparado con esta vejación. Una bestia, y algo más , algo que fue pervertido, retorcido, exprimido ,envilecido...
La bestia la miraba.
Si no tuviese el collar, ese dudoso dolor que gemía estaría acompañando a toda vida que sesgaba en su camino.
Si no estuviera reforzado por el gran símbolo , agonizaría durante siglos.
Sin el mando de su muñeca, ya habría partido.
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