el sueño

 Formamos una larga cinta de seres y avanzamos por una senda inparable. Algunos caminan en soledad y parecen meditabundos, las cabezas inclinadas abajo, pero esos son muy pocos.

Agrupados en filas de dos o tres, lentamente, muy lentamente vamos caminando. Miro alrededor, y soy una entre muchos. Luz, sombra, grises...estamos como indefinidos...

Estamos descoloridos, no sé cómo definir la ausencia del arco iris en nosotros. También percibo que no puedo salir del camino que seguimos. Ninguno puede! Es una corriente vital que es imposible de vadear.

Es tal la certeza, tal la inetavilidad, que aunque el pensamiento de rebelión pasa por mí, luciferino, comprendo que otro designio me ha llevado a esta frontera del soñador.

Porque en ese instante soy consciente de quien camina a mi lado.

Queda en mi interior sin decir la miríada de sensaciones, no se han nombrado aún por la palabra.

Queda en mi ser la pregunta no formulada y, sin embargo, recibida y la tristeza más profunda jamás experimentada por mi al contestar.

Queda la alegría del encuentro, aún asi. El tacto de las manos al unirse, tan breve. Los dedos al resbalar saltando a la catarata de la soledad brevemente detenida...

Uno puede adelantarse, o hacer una pausa breve, lo que no sucede es retroceder en la senda marcada.

Me dió igual saber que la libertad humana es una luz brillante e ilusoria, me dió igual el conocimiento de nuestro destino inevitable, nuestro sueño gris.

Por un instante en la frontera del sueño, estuve junto a tí.