El descubrimiento inconcluso.
Tan genuina que no pronuncia palabra. Tan especial que su presencia aterroriza o deleita, con agradecimiento, según la sabiduría del ser que se cruza con su sombra. Tan dura como la tierra apelmazada sin agua durante mil días, tan compasiva que sólo la vemos una única vez.
Pero es, en verdad...
No tuvo tiempo de finalizar en su diario tan tremendo descubrimiento. Una sombra tamizó el pálido papel.
0 comentarios