Psiconeuroinmunobiología!
 
								
				
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El Dr. Mario Alonso Puig ha ejercido la Cirugía General y del Aparato Digestivo durante mas de 25 años.
Define y Verifica los estudios sobre Psiconeuroinmunobiología:
La ciencia que estudia la conexión que existe entre el
 pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano.
 Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la
 palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha
 sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y
 producir cambios físicos muy profundos.
Fellow en Medicina y Cirugía por la Universidad de Harvard, completó su formación con un Master en Dirección Hospitalaria (IESE), Diploma Internacional de Estudios Superiores en Sofrología Médica y, además, recibió el Premio máximo al Mérito en Comunicación y Relaciones Humanas por el Instituto Dale Carnegie de Nueva York. Es miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York y de la Asociación para el Avance de la Ciencia.
Trabajó durante dos años en el Instituto de Ciencias Neurológicas de Madrid y ha dedicado gran parte de su vida al estudio de las Funciones Superiores del Cerebro. Por otra parte, su interés particular en el Aparato Digestivo le ha llevado a aplicar sus conocimientos y experiencias al mundo del estrés y a su repercusión en las dolencias digestivas.
Es uno de los máximos investigadores de la Inteligencicia Humana y del Aprendizaje.
-Más de 25 años ejerciendo de cirujano. ¿Conclusión?
-Puedo atestiguar que una persona ilusionada, comprometida y que
 confía en sí misma puede ir mucho más allá de lo que cabría esperar
 por su trayectoria.
-¿Psiconeuroinmunobiología?
-Sí, es la ciencia que estudia la conexión que existe entre el
 pensamiento, la palabra, la mentalidad y la fisiología del ser humano.
 Una conexión que desafía el paradigma tradicional. El pensamiento y la
 palabra son una forma de energía vital que tiene la capacidad (y ha
 sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y
 producir cambios físicos muy profundos.
-¿De qué se trata?
-Se ha demostrado en diversos estudios que un minuto entreteniendo en
 un pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación
 delicada durante seis horas. El distrés, esa sensación de agobio
 permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del
 cerebro y en la constelación hormonal.
-¿Qué tipo de cambios?
-Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del
 aprendizaje localizadas en el hipocampo. Y afecta a nuestra capacidad
 intelectual porque deja sin riego sanguíneo aquellas zonas del cerebro
 más necesarias para tomar decisiones adecuadas.
-¿Tenemos recursos para combatir al enemigo interior, o eso es cosa de sabios?
-Un valioso recurso contra la preocupación es llevar la atención a la
 respiración abdominal, que tiene por sí sola la capacidad de producir
 cambios en el cerebro. Favorece la secreción de hormonas como la
 serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales
 entre los dos hemisferios.
-¿Cambiar la mente a través del cuerpo?
-Sí. Hay que sacar el foco de atención de esos pensamientos que nos
 están alterando, provocando desánimo, ira o preocupación, y que hacen
 que nuestras decisiones partan desde un punto de vista inadecuado. Es
 más inteligente, no más razonable, llevar el foco de atención a la
 respiración, que tiene la capacidad de serenar nuestro estado mental.
-¿Dice que no hay que ser razonable?
-Siempre encontraremos razones para justificar nuestro mal humor,
 estrés o tristeza, y esa es una línea determinada de pensamiento. Pero
 cuando nos basamos en cómo queremos vivir, por ejemplo sin tristeza,
 aparece otra línea. Son más importantes el qué y el porqué que el
 cómo. Lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando.
-Exagera.
-Cuando nuestro cerebro da un significado a algo, nosotros lo vivimos
 como la absoluta realidad, sin ser conscientes de que sólo es una
 interpretación de la realidad.
-Más recursos…
-La palabra es una forma de energía vital. Se ha podido fotografiar
 con tomografía de emisión de positrones cómo las personas que
 decidieron hablarse a sí mismas de una manera más positiva,
 específicamente personas con trastornos psiquiátricos, consiguieron
 remodelar físicamente su estructura cerebral, precisamente los
 circuitos que les generaban estas enfermedades.
-¿Podemos cambiar nuestro cerebro con buenas palabras?
-Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una
 frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era
 metafórica. Ahora sabemos que es literal: “Todo ser humano, si se lo
 propone, puede ser escultor de su propio cerebro”.
-¿Seguro que no exagera?
-No. Según cómo nos hablamos a nosotros mismos moldeamos nuestras
 emociones, que cambian nuestras percepciones. La transformación del
 observador (nosotros) altera el proceso observado. No vemos el mundo
 que es, vemos el mundo que somos.
-¿Hablamos de filosofía o de ciencia?
-Las palabras por sí solas activan los núcleos amigdalinos. Pueden
 activar, por ejemplo, los núcleos del miedo que transforman las
 hormonas y los procesos mentales. Científicos de Harward han
 demostrado que cuando la persona consigue reducir esa cacofonía
 interior y entrar en el silencio, las migrañas y el dolor coronario
 pueden reducirse un 80%.
-¿Cuál es el efecto de las palabras no dichas?
-Solemos confundir nuestros puntos de vista con la verdad, y eso se
 transmite: la percepción va más allá de la razón. Según estudios de
 Albert Merhabian, de la  Universidad de California (UCLA), el 93% del
 impacto de una comunicación va por debajo de la conciencia.
-¿Por qué nos cuesta tanto cambiar?
-El miedo nos impide salir de la zona de confort, tendemos a la
 seguridad de lo conocido, y esa actitud nos impide realizarnos. Para
 crecer hay que salir de esa zona.
-La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente.
-Reaccionamos según unos automatismos que hemos ido incorporando.
 Pensamos que la espontaneidad es un valor; pero para que haya
 espontaneidad primero ha de haber preparación, si no sólo hay
 automatismos. Cada vez estoy más convencido del poder que tiene el
 entrenamiento de la mente.
-Déme alguna pista.
-Cambie hábitos de pensamiento y entrene su integridad honrando su
 propia palabra. Cuando decimos “voy a hacer esto” y no lo hacemos
 alteramos físicamente nuestro cerebro. El mayor potencial es la
 conciencia.
-Ver lo que hay y aceptarlo.
-Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar.
 Lo que se resiste persiste. La aceptación es el núcleo de la transformación.
 Sin fe en uno mismo hay temor,
 el temor produce violencia,
 la violencia produce destrucción,
 por eso, la fe interna supera la destrucción.
 
       
		
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