La madrugada/ un relato erótico
La madrugada
Madrugadas, siempre en las madrugadas... cuando la oscuridad se rinde, al fin , con su postrero aliento helado como despedida a la noche para no permitir el olvido de su deseo... cuando el momento más frío ha pasado y todo parece en suspenso, aleteando en los sueños con caricias y plumas flotando hacia el calor de los cuerpos, esperando un estremecimiento.
Ella se levantaba en ese momento, cuidando de no despertarlo , despacio, la mirada complacida hacia la figura tendida en la cama, desde el umbral, antes de salir de la habitación en penumbras, esperando no haberle perturbado...El se hacía el dormido. Era su juego, su juego privado.La puerta se cerró apenas salió con un leve chasquido, alejando sus pasos quedos por el pasillo, iluminado a intervalos por sesgos de luz que entraban del exterior, ambarinos y fatigados de sus horas en vigilia, tras unos cristales cubiertos con visillos blancos.
Imaginó que iría a la cocina, guiñando los ojos al encender el fluorescente ... llenando la cafetera y añadiendo el aromático grano triturado para preparar un café, intentando no hacer ruido al trastear con el calentador, encendiéndolo al segundo intento, (...que no le preguntaran porqué , pero a la primera nunca lo conseguía) para darse una ducha caliente y fugaz, mientras empezaba a burbujear el agua.
Imaginó como tatareaba, o se quejaba del frío al desnudarse en el baño ...casi veía su rostro vuelto al agua, adorándola, sus ojos cerrados y el pelo mojándose , adhiriéndose a la espalda , permitiendo que ese elemento cristalino entrara en su boca entreabierta. Su cuerpo brillando , feliz de ese momento , limpiando con espuma aromática el agitar de un mal sueño, con esa fragancia ... aroma a mirra y salvia que encontró en aquel viaje al sur, impregnando su piel ligeramente bronceada y casi sintiendo como suya la mano que se deslizaba por la garganta , llegando a su pecho y enjabonando con delicadeza sus pezones , admirando la prontitud con que respondían, ...y el vientre liso, esa curvita descendente a otras suavidades ...cómo la recorrería con su mano bajando por el monte de venus, dejando la huella de la ligera espuma en recuerdo de su paso,...acelerando sus latidos y las agradables cosquillas al notar el agua por sus labios escondidos, en sus muslos,bajando ,...suspirando sin poder evitarlo.
El pensamiento repentino de que el café estaría casi listo la sorprendería . Envolvería con un gesto impaciente su cuerpo rociado de gotas diminutas , sin apenas entretenerse en secarse y sacudir el cabello , impaciente por apagar el gas , temiendo la excesiva cocción que estropearía el sabor.Finalmente sentada, envuelta en algodón azul, quizá mordisqueando una galleta , sosteniendo la taza en su mano y fumando, pensativa, relajada, pensando en él. Aún el cielo es de ese azul profundo , y sólo unos barrenderos rompen la tranquilidad de la calle. Y después...
Después vendrá a mi de nuevo. Cada día me despierta de una manera diferente(siempre me hago el dormido, el juego es así)... Hoy , con un mechón de su pelo húmedo, va dejando pequeñas huellas en mi pecho, bajando a veces muy cerca de mi ombligo...Está soplando en mi frente?...es delicioso, cada día es algo nuevo.Siento algo ligero , que me roza , erizando mi vello de placer.Ya puedo abrir los ojos. Haré que me despierto.
Pero no es ella. No era un juego.
No era ella, ...era el viento, ...eran unas gotas de agua que entraron por mi ventana, ...era el visillo en movimiento.Me quedé dormido junto al ventanal abierto.
0 comentarios