la disección .

Era un vapuleo. Literario, pero un buen meneo que no te dejaba indiferente.

-Pides mucha sagacidad del lector-, decía, mientras yo apretaba los dientes apoyada en la mesa.

Sabía que él no entendía , que había flecos sueltos que al leerlos hay que recoger y no perderlos, pero no le preocupaba lo que expresaba . Eran las formas, lo de fuera.

El sistema de hacer una disección me intrigaba...así, a las letras por estrofas , frases y puntos.Tan gramatical, pura y dura, nunca la había experimentado; era algo nuevo!

Al principio dolía, que era a lo vivo. Porque percibí lo que otros habían visto de mi forma de escribir juntando las letras.

Y lo vi y me vi. No a él, ni a mí. Vi lo que son las letras, juntas y en campaña.

Y con pocas palabras él aligeraba la densidad de lo que una había expresado y yo misma me ajilgueraba dentro, mientras uno de los entes que me poseía, el más antiguo, blasfemaba por eso.

Comprendí que era poseída cuando escribía, por una de mis antiguas vidas, y debía ser la más fuerte aunque otra entidad asomaba y se dejaba ver, esquivando a la anterior haciendo zig zags en sus dominios. Esa era diferente , un caos alegre. Lo malo es que la otra está cansada y tiene ganas que ésta sea la última vez.

Por eso la dejo hacer, para que no tengamos otra vez.

Hay otra, entidad digo, que igual la he creado con el pensamiento y con el cruce de cables, nunca mejor dicho. Interviene en esto algo del futuro. De momento , el innombrable se manifiesta haciendo la puñeta ...

Así que ya son tres.

¿Es grave, doc?