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Planeta gatamutante ( y HAL)

Ello y sombra (5)

Ello y sombra  (5)

                                                        los árboles de esporas grises

 

...Quedaba Luvia. Se volvió a cubrir ajustando bien el paño.

Unas pocas presencias emergían de la neblina formada junto a ella, los Desquiciados. Aplastó esa niebla, la filtró a la tierra tan rápido como apareció, quería verlos bien.

Miró hacia las copas arbóreas, justo estaban donde quería, al pie de los árboles, bendita fuera la sincronía.Lanzó la vara en un gesto inesperado golpeando el tronco elegido quedando clavado como una flecha . El árbol se agitó y unas esporas empezaron a caer , propagándose las sacudidas a todos los demás, convirtiéndose en una lluvia de diminutos seres que eran inhalados con el mismo aire que respiraban, introduciéndose en cualquier arañazo y atascando filtros .

No debía demorarse.

Empezó a correr hacia su cayado para recuperarlo mientras los primeros efectos del paroxismo bestial se adueñaba de los Desquiciados y Luvia. Sólo pensaba en escapar de allí, era una locura enfrentarse a ellos en esas condiciones.

Si Luvia tenía fama de dura, que lo demostrara. Sus aliados eran ahora sus enemigos.Ordenó un círculo contenedor en torno a ellos. Miles de ramas-lianas y espinos se espesaron. Sin parar de correr invocó el mejor camino y un nuevo latigazo en la maraña descubrió paso para ella.

Incluso con su poder ella estaba en peligro. Las esporas avanzaban desatadas, no llegaría a tiempo de refugiarse y preparar la chimenea para que empezara a lanzar el humo que las neutralizaría al arder leños y marmita juntos purificando el aire. ¿Había fallado al usar esa medida ?. Intentar calmar el aire era inútil , se desarrollaba bajo la cubierta vegetal, animado por el propio impulso de las hojas...¡El aire!

Intentó apresurarlo en remolino al centro del circulo y al mismo tiempo lejos de la cabaña.Apareció otra vertiginosa abertura en los helechos y la divisó en el claro.

Se frenó en seco, maravillada, el humo de la chimenea aromatizaba el aire.

Entró muy lentamente en la estancia, con Sombra tendido en una estera sin perderle ojo, sumamente divertido.Ello había realizado la tarea sin mancharse las manos de sangre. Sombra comprobó expandiéndose el resultado de lo sucedido, nada sobrevivía en el círculo. Un polvillo gris se posaba en todo pincelando una forma desdibujada. Las ramas se iban doblando sobre si escarbando en la tierra enterrando los restos.

Demostró ser adecuada, esta neutral.

El tapiz de los mil soles estaba parcialmente recogido y tras el biombo vegetal escuchó sus voces discutiendo sobre tipos de maderas. Su sala estaba invadida por tres seres que iban a incendiarla de un momento a otro, las chispas saltaban cayendo en la marmita, puesta al fuego con las hierbas necesarias para contrarrestar el hongo. La mezcla de maderas era la apropiada .

Se acercó junto a ellos y tomando la rama que sostenía Azul , la dispuso junto a las otras. Les miraba incrédula.

-No pude esperar, pensé que te gustaría tomar algo después .- Naranja removía enérgicamente la mezcla y le ofreció un cucharón .

-¿Le pusiste bergamota?- De improviso empujó con su mente sin tiempo de reacción.

-¿Viste como mejoraba el color?.- La pequeña con ojos de ámbar la miraba sin pestañear.

Se incorporó de golpe.Los Copetes eran la clave!. Cuando la situación empeoró a punto de colapsar , se habían diseminado como esas esporas , salvando cualquier lugar donde se hallaran...Iban a salvarlo, mejor dicho.

Estos tres buscaban a otros Copetes, y todo el pueblo se buscaba, cuando nunca se habían perdido.Ello empezaba a liarse pensando en estos pequeños pero era siempre así, con la magia pura.

Por primera vez sus ojos reían en mucho tiempo.

-Esta poción dejaremos que se consuma y después os ofreceré algo especial para vosotros.-

Volvió sobre sus pasos.

Sombra ya no estaba.

                                          Fin        ...                fin?


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