La señora de lo pequeño/ 2
Pongo numeración para saber el orden, es que este lugar va al revés.
Imagen: Pintar con el paint ...ufaaaa.
3.Rastros de destrucción.
Pasó a través de una grieta gigantesca en las rocas graníticas y ciclópeas, a veces tan estrecha que dudó de su dirección. Siempre podría retroceder o enviar un ser volador de avanzada, mas no tuvo tiempo para decidir. Una luz primero, y muchas más a continuación, iluminaron el final del angosto pasaje. Estaba contemplando estrellas.
La grieta se abría como un anfiteatro a un desfiladero excavado en la pared de aquella imposible fortaleza natural. Sin interrumpir su ritmo de respiración, estudió el emplazamiento. A sus pies, desde el precipicio, la vida reclamaba su atención. Bebió mil aromas y olfateó los sonidos difusos. El calor de la noche la sofocó y el agua ronroneaba secretos de sus habitantes a lo lejos.
"Saboreamos sangre en el aire",dicen los pequeños.
-Lo veo.Es un hilacho que repta. Su olor es inconfundible-.
Tiene que obligarlos a avanzar, a su pequeña hueste, sin culparles por ello y se internan sin desplazar una hoja o ramita suelta, sin un sonido que los delate. Hay una imagen que comparte con ellos: Un Rastreador.
La noche gritó su reinado mientras ella cruzaba el río, dando saltos prodigiosos sobre las rocas para no tocar el agua, que estaba cargada de murmullos moribundos y podían inquietar a los pequeños. Ya los había focalizado y no debían ser distraídos.
Al llegar a la margen opuesta, se detuvo y giró los sentidos, confundida por un momento. ¡Eran dos! Dos llamadas opuestas entre si.
Nada era casualidad. Echó la cabeza hacia atrás y puso los ojos en blanco.La mente computaba y su espíritu agonizaba, al reconocer lo profundos que eran los daños en su designio. Algo se sacudía dentro de su ser y no sabía qué. Y si uno no se conoce completamente,¿cómo puede saber cuales son sus sombras?. Con un gesto violento se enderezó y desechó titubeos. Una aldea. Los pequeños impulsaron sus piernas y comenzó la cacería.
" Los vemos mordiendo sueños, matando infancias, corrompiendo cuerpos " ,le susurran los pequeños, espantados.
-Más rápido-. Les urge, y fortalece sus sistemas con feromonas de dioses guerreros.
Una alfombra de viviente oscuridad se deslizaba hacia la aldea. Millares,avanzaban iluminados por la luz violácea de la luna en su cenit. A veces se formaba una columna formando una figura humanoide, para desmoronarse después y cambiar ligeramente el rumbo. Quizá siguiera la estela psíquica de los tres habitantes , o acaso era un albur espasmódico de la masa animal manipulada.
No dejó de avanzar rápidamente rodeándola, ella llegaría antes a la aldea mortecina. El motivo de su presencia estaba allí, estaba segura de ello.
4. El sueño roto.
Leha escuchó una alarma mental: los niños no estaban descansando en sus camas y un zumbido sordo se introducía en el umbral auditivo. Salió a la plaza y corrió por la estrecha calle en dirección a los límites del poblado. El zumbido se hacía más y más fuerte allí, donde dos bultos estaban en el suelo rodeados de millares de criaturas, en el centro de una corriente que no paraba de dar vueltas y se convertía en un remolino, una espiral demente, avanzando en un círculo eterno hasta que murieran desfallecidas.
Una silueta femenina la abordó, sobresaltándola. Se giró al escuchar una voz tranquila que hablaba reflexivamente.
-No he podido evitar que atacara a los niños. Han sufrido picaduras que envenenan su organismo. El daño en sus espíritus ha sido terrible-.Los miró sin lástima y continuó:
-Algunos de mis pequeños han conseguido inocular un ralentizador hasta que esta podredumbre muera de consunción-.
Leha estaba aterrorizada al ver a los dos últimos Rahn en el centro de aquella pesadilla. Quiso acercarse, mas la detuvo una exclamación enojada:
-Ni se te ocurra interferir, Leha, o los pequeños que se han sacrificado para alterar el camino de estas bestezuelas, guiándoles hasta que mueran de agotamiento sin detenerse en un ciclo sin fin, habrían hecho algo sin sentido-.
-Pero Malekeih y Cyeh...-
-Primero,ellos-. Y señaló la rueda compuesta de miles de vidas esclavas.
Así que...éste era su emisor principal, Leah, que la miraba y no la reconocía. O eran muy importantes esas vidas para este avatar desordenado, del que recibió la llamada, o había sacrificado demasiado en la huida cuando dejó a uno de los Eternos sin agente,en un mundo ya condenado. Deslizó la mirada a los invasores y los inertes cuerpos, lamentando tener que tomar una decisión, pues significaba entrar de nuevo en el discurrir en el tiempo.
" Se quedan sin luuzzzz " .Los niños desfallecen junto a ellos y la exaspera.
-No hay tiempo, sin embargo. ¿Has olvidado el aksara, Leah?-.
"La Sílaba, aksara,ahora ¡ahora!"Sus pequeños, su hueste en uni-mente, prolongan un tono agudo, casi rompiendo sus extremidades al gritar.
Despeja su cabeza de la capucha y decide intervenir definitivamente al ver en lo que se ha convertido el mayor avatar de todos... Lo que pudo ocurrirle a ella. Los pequeños no aguantarán mucho más e inicia el ritmo para el aksara.
-Si recuerdas, la trama sobre la que se teje cualquier cosa (incluso el Eter) es la sílaba. Todo se forma a través de agregaciones de números entre estas moléculas sonoras. Y existe un pasaje misterioso que dice: Esto que para los hombres es un número, para los dioses es una sílaba.*
"Esto que para los hombres es un número, para los dioses es una sílaba".Repiten aliviados en un eco, al sentirla prepararse.
Los pequeños aumentan la vibración de los pies mientras su diosa baila, despojada de la seda, entrando en el aksara y sustentándolo a la vez. Se ha recubierto por completo de asociados y nada de la piel asoma en la armadura viviente que es ahora. Hasta sus ojos están cubiertos con el casi transparente velo gris que los protege. Las tejedoras enredadas en los mechones castaños han elaborado su red cristalina y deslizado por su frente. Avanza danzando y entra en la vorágine condenada, que pretende adherirse a su cuerpo y así escapar de la gravitación que los condena, mas son rechazados, cada vez más cerca de los cuerpos gracias a la Onda, pulsada y primigenia.
Conoce al fin su objetivo, el del Orb. El instante de inflexión se manifestaba imparable; el centro donde yacen los Rahn.
Y entonces, la pronunció.
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termina con la tercera parte.
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