nos queda tan poco
Ha venido a despedirse, quiere ver tierras nuevas. Es por la rigidez del equinoccio, una fuerza difícil de soportar. Me consuela con su calor, a la tarde, acaricíandome la piel a un ritmo lento. Se lleva parte de mi risa, me deja un recuerdo ambarino.
Cuando se marche (nos queda tan poco) y mis ojos vean que es un punto en la distancia, sé lo que vendrá.
Dice que no puede llevarme, no me llevo bien con el dragón.
Entonces, verano...adios.
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