Dejando de fumar.
Termino de liar el primero del día ( los tengo numerados y cada x horas, aunque hay días que la cosa se vuelve caótica, a veces para bien y a veces para peor), en una mañana sin prisa. Temprano, haciendo más calor del que debería, provoca que una sombra apocalíptica pase por mi mente, y sé por qué.
He debido de dormir sin pesadillas, supongo, ya pocas veces recuerdo lo que sueño.
Cuando las tengo, aunque no las matice después, me levanto con sensación de derrota. Morfeo es magnético y terrible a la vez, como la imaginación, como esta especie, como todo en esta realidad dual...
Y mientras pienso así, con la taza humeando al lado y un rayo de sol sobre mi pie, otro me habla por dentro.
-Tal como lo terminas de liar, parece que estés cargando un mosquete, sabiendo que vas a dispararte a ti misma.
Sonrío mentalmente, buena analogía la del cabroncete, pero la sonrisa está desganada y no despega de mis labios, hay momentos en que todo me embarga y desaparece, como si llevara a cuestas todo el peso de mi vida.
Ninguno de éstos entes saben lo que es esto, lo que nos cuesta, sacar la fuerza para muchas veces dar un paso y luego otro, y caer y volver a levantarse, o el día a día alienante, o la propia supervivencia del cuerpo...puedo seguir ad eternum.
Pero todos los pensamientos se resumen en uno:
-Jodido Pepito Grillo...
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