Las uvas de la desdicha.

Dejé de comer las uvas en fin de año y alguien me dijo que me daría mala suerte; puede que tuviera razón, o quizás me maldijo sin saberlo. Son tiempos de franquezas, así que diré que este año termina de pena (y que sigo odiando los hospitales, no quiero ser malhablada, pero un palabro feo y grande casi escapa ahora y lo pongo en mayúsculas...pero no, me gusta la elegancia en las letras), y que la felicidad obligada de estos días es antinatural y me rebelo, ea.
Me dijeron (hace un par de días) que un tuerto me había mirado (ains, esas frases hechas) y que realizara un ritual. No soy amiga de rituales, contesté. Agua y sal y movimiento, de eso va...pues lo voy a intentar, aunque sea por la taza del inodoro; que lo malo, como la mierda, se marche ya.
Mañana os deseo un año fenomenal, con muchos abrazos.
2 comentarios
Gata -
El caso es que he tomado doce trocitos de polvorón, que no tenía otra cosa a mano y he realizado el dichoso ritual. Por mi, que no quede. Te deseo un año fantástico, centuplicado y multiplicado hasta el infinito.Que sea a lo grande. Feliz 18, monamí!!
Vinatea -
No sé qué es lo que habrá pasado, mi querida Gata, pero espero que te mejores, de todo corazón; te mando desde aquí toda mi energía sobrante (Que es mucha), para que te ayude, o al menos para levantarte el ánimo ;)
Y aunque sea demasiado "estándar", Feliz año 2018; que sea de veras un cambio de ciclo (Para mejor, claro)