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el cuervo
-Vete de aquí. Sé a quien perteneces, cuervo.-
Silencioso y quieto, la miraba con ese ojo que refulgía en la penumbra. Rojo como el magma enfurecido que escapa y nace a la vez que muere al emerger.El tiempo parecía que se había detenido y le miraba . Oh! si , le miraba .Llevaba con ella más tiempo del que pensaba, la encarnación de la fatalidad . Y algo más.
-Lo más importante nunca está en la superficie , lo aparente es para los cuentos junto a la almohada.-
Tan quieto como ella, ¿graznaba o le oía desde dentro?
-Te conozco desde casi el principio, la vida es ese brillo irresistible, cuervo. ¿Verdad?-
-Y algo más.-
-La burla, quizá?- apenas podía musitar , o pensar con claridad. Parecía que iba a contestar, pero de nuevo se quedó mirándola, con ese ojo insoslayable.
Y pasó una vida sin un parpadeo , ni un ala movió el cuervo, la vista fija en ella.
-Vete, cuervo.-
-Sabes mi nombre verdadero-
-No.Si. No quiero saberlo. Puedes ser el de Poe, o uno de los de Odín , puedes ser parte de mi locura. Sólo eres un cuervo de...-
-Dilo! Dilo!-
Por primera vez mostraba alguna excitación y el magma parecía salir de su órbita. No alzó el vuelo y ella se lamentó por dentro.
Cerró los ojos, sentía en su pecho las uñas clavadas y el peso tremendo que la impedía levantarse. Sentía la tierra mojada en su espalda y sus manos intentaban aferrarse a su fragancia.
Aire, como el aliento que la abandonaba. Sus dedos espasmódicos sólo aferraron aire.
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