sin ellas, sin ti
Llegué con esperanza a la ladera de las mariposas, pues vi el verde en ella, alguna flor y enredaderas, en mi primera mirada ávida de la permanencia que recordaba del año anterior. Había notado el aumento del cemento a su alrededor y temía su total destrucción...
Suspiro antes de continuar describiendo ese primer día en el camino a las olas y la arena, y suspiro muy quedo porque no estaban en ella. No hay ni una mariposa en la ladera, mutilada en un corte irreverente y sangrante de savia y árboles cortados. Queda poco ya de hierba y flores violetas...nada queda de sus vuelos silenciosos, su comedia.
Ni una, aunque fuera pequeña. El cemento se ha llevado a las locas mariposas de la bella ladera camino del mar.
Corrí entonces a la arena,una figura oscura y llena de rabia, por ellas.
(por mí)
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