Casi corría en dirección a la sala de los fuegos. No entendía qué estaba sucediendo, pero las vibraciones eran tan urgentes! Descalza, apenas una sombra entre sombras, un destello cuando pasó ante las vidrieras decoradas con símbolos desconocidos, no sabía si reír o espantarse.
Y si estuviese muerta y no se había dado cuenta? Eso tendría un sentido, al menos. Lo que estaba ocurriendo parecía un dislate tras otro...
Si empezaba a enumerar , estaban los tres ornamentos que habían llegado a sus manos y que decían que eran importantes. El primer regalo, permaneció cuatro años en un cajón guardado. Sin luz. Después, lo lavó y dejó sumergido con agua en un recipiente de cristal, al sol de la mañana. No supo por qué lo hizo, eso. Cuando se lo puso en el cuello, jamás se lo quitó.
El segundo regalo era para la muñeca, de un lugar santo , (para algunos), plata y azabache rodeado de un fino aro dorado. Sin misterio!
El tercer regalo provenía de la tierra del misticismo y el hambre. No supo muy bien porqué se lo regaló su poseedor ; él mismo, tampoco. Lapislázuli en plata engarzado. Pieza tras pieza alienada formando un arco. Dos filas. Parecía de la tierra de las arenas y el sol abrasador., con esas mujeres vestidas de lino fresco …, lo llevaba en ocasiones especiales, es decir, cuando le “llamaba” desde su cofre de madera. Ese si producía una sensación especial, de asentamiento. Notaba su peso, cómo se adaptaba a su torso.
Según decían los Venerables, se había visto envuelta en una jarana muy gorda, sin quererlo. Era una humana , sin más. Y estaba fuera de lugar ... Si ni siquiera sabía como había llegado allí!
Pero les había oído desde un corredor, hablando sobre eso. Tan poderosos, y no se dieron cuenta que les estaba escuchando? Pues vaya Venerables!
-Apenas tenía recuerdos de su infancia y los que surgían ocasionalmente, eran tan perturbadores...-
-Tiene capacidad para la violencia, esos sueños inflingiéndola ,siendo tan pequeña, ese gozar con ello!-
-Eso la torturó despues...-
-Abrazando la oscuridad con apenas tres años...refugiándose en ella!, -
-Debe permanecer aquí ?, y si es un nexus de...?-
Corría ya! La piel se le erizaba, no era por la tela que llevaba mal atada y atrapó al salir precipitadamente y se enredaba en sus piernas al correr, era una sacudida tras otra! Esas corrientes de aire! Parecía que tuvieran un propósito! No dejarla pasar …
No se reconocía, que necesidad tenía de ir a la Sala? Pero era tan envolvente , tan perentoria la necesidad, tan absurda a la vez, que se inclinó hasta que sus manos tocaron el suelo grabado y , en esa postura , fue arañando metro tras metro, venciendo esas corrientes repentinas, con una oposición feroz.
Asthar, el heraldo de la desgracia, la observaba avanzar casi como un animal. Algo en esa humana le hizo esbozar algo que muy remotamente se llamaría sonrisa.
Y Asthar no tenía sentido del humor.
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