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Planeta gatamutante ( y HAL)

La Torre

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               No había amanecido y ya estaba moviéndose suavemente por la estancia circular y ovalada en su cúspide. Exteriormente parecía una torre pequeña y redonda, del color de la tierra. No tenía ventanas, en apariencia. Algunas voces quedas comentaban que en su interior, al mirar hacia arriba se veían las estrellas si era de noche y al mediodía entraba el sol ferozmente.

Sonrió al rememorar tantas habladurías. Oh, las conocía! Sabía que hablaban acerca de la torre, sobre su capa y atuendo, incapaces de distinguir si era un hombre o mujer quien se presentaba ante sus miradas...en las escasas ocasiones que eso sucedía, claro.

Alzó los ojos enrojecidos. Si, pronto el alba surgiría. Preparó con agua ,ese precioso elemento, y con fuego, una infusión amarga y oscura. La alquimia se manifiesta en todo momento. Miel para endulzar. Todo es equilibrio.

Era el momento de la conexión. Agachándose, sacó la caja decorada pobremente, dispuso los objetos y permitió que el sonido llegara.Distinguió los primeros trinos y las sacudidas de los insectos, el frotar de los pelajes entre los domésticos. Algún graznido a lo lejos...

Dirigió la atención a su labor, era automática ya. Podría concentrarse más en el instante, sin embargo, prefería este dispersarse , sin oponerse a que los sentidos despertaran poco a poco. Miró en derredor , poco a poco, completamente, el suelo a sus pies. Ni un ángulo. La bóveda se curvaba y la luz, tan sagrada, era necesaria. No había escaleras, ni plataformas .De la tierra del suelo en el centro de la torre hacia las alturas, no había nada. Cerca de la cúpula una barandilla junto a la pared.

-Una barandilla sin sentido! - diría maese Traz, con su licor de ajenjo preferido servido.

Basta! , no le llevaría a ninguna solución estas pequeñeces de los lugareños. Ojalá fuera una barandilla sin sentido, ojalá.

Y, sin más, se sentó en el círculo de tierra, con el convencimiento de que, gracias a aquello, día tras día, luna tras luna, resistiría hasta el llamamiento.

 

Fin del primer capítulo

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Capítulo 2. Darin.

 

Las arenas , las dunas. El frío nocturno... Tres grandes en medio de la noche. Tres moles milenarias. Darin se inclinó hacia atrás, intentando distinguir el vértice. El “ese”( no quería ni mencionarlo) , le había encaminado a esta tierra abrasada. Era el enclave perfecto para la custodia de la biblioteca .

No era una biblioteca, en realidad, pero que más daba como lo llamaran. Era, hasta ahora.

Era un buen lugar, hasta ahora. Debía encontrar otro .Pronto!

 Frunció el ceño, disgustado. Ya no tenía ganas de estos juegos, estaba cansado. No,... estaba aburrido. Con diferentes nombres, diferentes artefactos, la historia se repetía una y otra vez. Intrusiones, intromisiones, estupideces! Siempre , algún ser con ambición desmedida ,o algún caos idiota provocaban el “ese” . El llamamiento!.

Cuando fue necesario el cónclave, la reunión, aceptó a regañadientes someterse a esto. Entendió la necesidad. Ahora...ahora lo que quería era instalarse en aquella sala y arrancar el hálito vital que quien osara perturbar su calma. Tardó un instante en decidirse . Que los pensadores tranquilos del consejo evaluaran la reacción de sus actos. Si el aleteo de una mariposa creaba una tormenta, sus movimientos harían que todo se tambalease! Esperaría y cuando el sol asomara , estaría a salvo y esperando lo que fuera que llegara hasta allí. Cambiar el emplazamiento de la biblioteca tenía más riesgos que matar.

Variar un poco los planes no importaba, sólo el resultado. No dejó huellas de su paso, ni el más mínimo ruido , ni olor, ni sombra por la luna cuando se encaminó a su interior.

Era una suerte que su organismo fuera tan completo. Ni las ratas correteaban por estos pasadizos ausentes de luz. Ni... Era una ventaja , pensó , también para seres como las bestias del …Imposible. Hasta él se encogió levemente ante semejante recuerdo. El centro era un esfera. Una esfera. Una esfera. Una esfera...

Su mantra . El de todos.

Y allí estaba , en el corazón de la gran mole. Ante el umbral secreto. Alargó su extremidad , permitiendo que el umbral le reconociera como a uno de los primeros. Le desnudó totalmente, le mostró lo que no quería ver. Que cosa más insidiosa. Gruñó al reconocerlo. Era el precio por traspasar su pureza. Por turbar su paz.

Casi con veneración, recorrió su pared curva. Esa extraña cualidad seguía intacta, observó satisfecho.Comenzó los preparativos, consciente de su desobediencia y rió silenciosamente. Qué esperaban , al fin y al cabo, de un ser así? 

Maldito llamamiento!

 

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