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Planeta gatamutante ( y HAL)

MINICUENTOS con y sin Imagen

Trece osos

La imagen, reuniendo a todos los relatos en El Universo de las Palabras Perdidas, nuevamente. Remember, La describo en un esbozo aquí, entonces.

Una antigua sala de música, una niña bailando frente a un sofá lleno de animales de peluche...El título surgió al contar los osos. Fueron trece, eso me gustó.

Tuve que mutilar el relato, por exceder la extensión permitida (de largo). Así, recorté sobre Mesmer, precusor de experimentos mentales con hipnosis y sugestión y algunas cosas más. Eso no me gustó. A ver si aprendo, 

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Era el día de su cumpleaños y prepararon una gran fiesta. Había muchos invitados y ella bailaba felíz ante ellos, reunidos en la sala de música. Veía las caritas sonrientes de sus amigos y soltó un gritito de contento. Lo mejor vendría al terminar su danza.

 Sus padres estaban junto a las puertas dobles, sonriendo trémulamente. Acababa de marcharse el Dr. Mesmer, tras asegurarles que el procedimiento empleado era totalmente fiable.

-¿Crees que todo saldrá bien, James? Costó mucho ocultar el incidente del año anterior...

-Es una eminencia en su campo, Katy. El doctor me ha asegurado que trece son suficientes.

-¿Y si en el último momento se da cuenta? Podría revolverse contra nosotros.

-Confía en Mesmer, cariño. Lo que ocurrió no pasará de nuevo, te lo aseguro, hemos tomado todas las precauciones. Mi bolsa aún recuerda lo que supuso callar a algunos investigadores...

 Los aplausos resonaban en su cabecita, atronadores. Hizo una reverencia y al levantar la mirada les vio distintos, difusos. No aplaudían ni jaleaban, ¡se estaban burlando! Sus caras eran muecas retorcidas, de tanto reírse de ella .Trastabilló hacia atrás y su mano encontró el cuchillo para cortar la tarta sobre la mesa. Se abalanzó y empezó a dar tajos a todos ellos, frenéticamente, mientras aullaba de rabia.

Katy empezó a temblar al escucharla, recordando a los niños heridos del año anterior. James obligó a su mujer a salir y cerró la puerta con llave, dejando a su hija cercenando osos de peluche.

 


Las esferas nevadas.

Una nueva convocatoria en El Universo de las palabras perdidas. La imagen original es de Botero y se titula Terremoto. Y hay en esa esfera (la coincidencia con el título es espontánea) grandes pequeños relatos, todos diferentes, como sus creadores. Así que, sólo hay que darse un clik hacia ellos(pura imaginación),porque la imagen vive allí.

       ..................................Las esferas nevadas..............................

La tienda olía a madera antigua y silencio. Ella deambulaba entre objetos y libros, preguntándose por qué había entrado, si no tenía dinero para obtener nada. Llamó su atención un mostrador en sombras, junto a la pared, atiborrado de esferas nevadas. Siempre quiso tener una, de pequeña. Nunca ocurrió.

El viejo encargado se acercó y empezaron a hablar sobre la diversidad de ellas y la minuciosidad del trabajo que llevaban. También escuchó, un poco distraída, las leyendas de su origen con los hombres. Contó que ciertos magos usaban los orbes de diferentes maneras, incluso que eran capaces de introducir realidades y enemigos en ellas. "Un mundo", le decía con voz cascada, "cada una es un mundo".

Ella apartó la vista de las esferas para mirar a su interlocutor. Ahora una alarma vibraba en sus oídos. Notaba cierto nerviosismo y ansiedad en su voz mientras ese anciano oriental le proponía cerrar los ojos y, de todas, elegir una: "Te mostrará el futuro, te hará ser dios en algún mundo..."

No le gustaban esos juegos, mas su mano parecía tener voluntad propia y sus ojos se cerraron a la vez.Levantó una, al azar, y la sacudió. Luchó por recobrar su ser y abrir los ojos, mas sólo podía oir a una mujer gritando horrorizada y un retumbar profundo. Cuando al fin lo logró, miró la esfera en su mano. Las lágrimas asomaron al ver que era ceniza lo que se posaba lentamente en el fondo. Y en el interior de la esfera había un pueblo destruido, con una mujer asomada en una ventana, en un grito continuo...

La bruma

La bruma

 

Cuando alcanzó la loma y miró por los binoculares ahogó una exclamación rabiosa. Todos estos meses sin ella habían sido una tortura, pero ahora tenía la certeza de encontrarla en aquella inmensa plantación. Pudo distinguir dos figuras inclinadas y a punto estuvo de disparar, dada su impaciencia.¡Meses, días de arrastrarse tras su débil rastro! 

Suspiró, despejándose. Aseguró sus pertrechos para que ningún sonido le delatase y empezó a bajar en su dirección, fundiéndose con el entorno. Ni siquiera se preguntó cómo iba a encontrarla, entre tantas otras, abducidas y secuestradas, todas en largas hileras, adormecidas en sus cápsulas mortales...
Ella brillaba como un fuego fatuo y misterioso, era lo más importante de su interior y un estremecimiento recorrió su espalda al notar su cercanía...

Encaminándose a una cápsula, sin dudarlo, quebró el cristal, dejando que la bruma que ascendía cubriera su figura y sonrió.
Había recuperado la imaginación. Estaba completa de nuevo.

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La imagen que pongo no es la de la convocatoria de pequeños relatos, en El Universo de las palabras perdidas. Gracias a una escritora y guerrera, de paso decir que nos animó a participar desde la Galaxia Gisicom. Con un par de frases, consiguió que sacudiera mis telarañas mentales.

nos queda tan poco

nos queda tan poco

Ha venido a despedirse, quiere ver tierras nuevas. Es por la rigidez del equinoccio, una fuerza difícil de soportar. Me consuela con su calor, a la tarde, acaricíandome la piel a un ritmo lento. Se lleva parte de mi risa, me deja un recuerdo ambarino. 

Cuando se marche (nos queda tan poco) y mis ojos vean que es un punto en la distancia, sé lo que vendrá. 

Dice que no puede llevarme, no me llevo bien con el dragón.

 Entonces, verano...adios.

De ojo a ojo.

-Estás enfadado, por eso no me hablas?-

Èl permanece sin contestar aunque tiene ganas, pero sin poder hacerlo. Y advierte, por sus señales, que está acalorada, con el corazón palpitándole más rápido.

-No tengo la culpa de no ser como esperabas y antes te hacía gracia mi ignorancia, aquí mismo!-

No se mueve, el lenguaje corporal le muestra que está furiosa, según todos los códigos conductivos indican...La verdad, espera que se calme si él se mantiene inmóvil y mirando sólo la parte superior de la cabeza, eso era de manual. De ojo a ojo.

-Estaba ya acostumbrada a tus idas y venidas pero, al menos, lo pasábamos bien el tiempo que estábamos juntos y reíamos hasta doblarnos...-

Ha bajado el registro de su voz y los hombros han caído a la vez, está empezando a cansarse. Va bien(él, quieto) que aunque pudiera moverse no es buen momento. 

Ella inspira una gran cantidad de aire (filtrado y acondicionado) en el taller de reparación subterráneo, la superficie estaba en la canícula planetaria. 

-En fin, crées que aún puedo cambiarte?-Le apunta con el láser de precisión, al tiempo que lo considera seriamente.

Le mira desafiante (mientras la fría placa donde yace le expone descompuesto a su vista,a piezas como estaba) con la loca esperanza(común en su especie) de cambiar lo que nunca cambia. 

Qúe difícil era ser un androide de compañía...

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minicuento sin imagen.

No llores en las sombras.

No llores en las sombras.

No es consciente de su edad, el tiempo aún no existe para ella. Cuando crezca un poco más empezará a contar los minutos y horas, mas aún no, aún no...

Sabe que esa figura inmensa enfrente suyo es su padre, silencioso ( la mirada ,sin embargo, le decía su disgusto desde muy arriba, o así le parecía) y es su madre junto a él quien habla sin sonidos amables. Ella sólo se pregunta el porqué...

Parece que ya se encuentran satisfechos. Baja la cabeza y ve las baldosas frías de la sala en la que estaba prohibído entrar. Con su pequeña mente, experimenta algo que la desagrada profundamente y la hace sentir enferma. Desconoce qué está sintiendo, es algo nuevo y corrosivo, que se adhiere a través de su camisa de algodón y en ese momento en que los dos gigantes braman entre ellos sus pies se dirigen lo más lejos que puede...

Cúanto lleva allí, entre las sombras más oscuras de la cocina? Si gira la cabeza puede ver desde la ventana las montañas donde le han dicho que viven los lobos y vendrán por ella a la noche si no ha sido buena. El atardecer se arrastra y el cielo se tiñe de luto, sin importarle: Le arropan las sombras, parece que escucha un arrullo con cantinela mientras sus ojos se cierran. No están enrojecidos por las lágrimas porque no ha llorado. Allí, en ese rincón, estaba segura que era malo si llorabas...

En ese instante entró su madre y cogió su mano, levantándola mientras le decía:

-Qué haces aquí, sin luz?. Hay que ver, esta niña. Anda, vamos.-

Según salían, la pequeña se dió la vuelta hacia la esquina en tinieblas, no quería irse , justo estaba empezando a comprender qué decían las voces en la oscuridad , la arrastraban de vuelta tan fuerte como la mano que la llevaba fuera. Si hasta puede ver dos pequeñas ascuas, si guiña mucho los ojos!. Justo en el marco de la puerta , escuchó ,por fín, un murmullo muy frío que decía:

- Te esperaré, te esperaremos, pequeña...-

 

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el secuestro

el secuestro

Una niebla cubría su instinto y reprimió la intención de una dentellada en dirección a los bultos borrosos alrededor suyo.

La inyección administrada en el cuello no fue perfecta. La aguja se deslizó algunos milímetros y el líquido salió rumbo a una zona del cerebro a traves de una pequeña vena, que le transformaría horriblemente.

Imágenes mentales se abrieron paso en su mente felina. Y su cerebro conoció en un instante el proceso de pensar hilvanadamente. Y supo lo que eran esos bultos que le rodeaban y cómo pensaban.

 Entonces, el también lo hizo, y pensó. No sólo eso, también leía sus intenciones; 

La niebla se hacía más y más espesa, pero no olvidó hacer una promesa aterradora y vengativa, tras la revelación:

Estaba en el dentista!.

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La matanza de los gatos

No se puso la servilleta, con sus uñas afiladas era imposible,ni pensaba presenciar la matanza. La paciencia era una de sus virtudes y él tenía tanta como rayos de sol en un tejado. El brillo afilado estaba muy cerca, así que permaneció sentado lo más dignamente que pudo. 

Todos, en el fondo de sus pelajes, querían ser un gato en esa granja demencial y, sin embargo, el odio recorría su lomo cuando se acercaba a ellos. Sacudía entonces su cabeza, enviando corrientes a través de sus bigotes blancos, para equilibrar las ondas mentales asesinas. No les dedicó mas que una mirada de soslayo y permanente en su periferia, centrado en aquel brillo letal y extraño,y sus reflejos le llevaron al recuerdo del río cercano, con sus aguas gimiendo despacio. Tal sensación le hizo cerrar sus ojos un instante, desolado.

La escena había cambiado cuando los abrió de nuevo. El cuchillo le había dado la espalda y se abalanzaba hacia el ganado. Por fin había llegado el punto de rompimiento y saltó, el mejor de toda su existencia! con una energía nacida de su garganta, abierta ahora, con el instinto liberado en su gruñido,salvaje ahora.

El impulso le llevó sobre los hombros del portador del destino y afianzó sus patas traseras. No supo donde clavó sus colmillos, pero sí donde sus garras finas traspasaron humedad blanda hasta llegar al hueso.Los ojos.

Todo ocurrió tan rápido, que un único pensamiento pasó por su pequeña mente. No lo hacía por los habitantes de aquel cerco, no lo hacía por ellos.

Sacudió sus patas, aún con un globo ocular temblando en ellas y se marchó pradera abajo, en dirección al agua tranquila del río.

Acecándose lentamente a la orilla se inclinó y vió su reflejo, sanguíneo, en el mismo lugar donde los escuchó ahogándose con gemidos apagados y familiares, cuando los buscaba hacía pocas mañanas, cuando buscaba a su hembra y su camada.

 


Pawel Kuczynski image

El mundo de las notas mentales perdidas

O,

el mundo de las notas mentales olvidadas.

Sentada en un viejo sillón giratorio de oficina, con el asiento de similpiel rajado y escondido por un cojín, elaboró la frase preferida por algunos seres en ciertos momentos, puede que a causa de ausencia de material para escribir, o por la filosofía simple del vago. Incluso la del ingenuo/a que creerá recordar lo que implica tan definitiva seguidilla de palabras: Nota mental.

-Nota mental, recordar la nota mental que acabo de pensar...

Y ahí se paró suspensivamente el cerebro, pues decir esa frase sobre la nota mental (pareciendo tonta en sí misma tal misiva, o dando a imaginar a la vez el efecto espejo, que sería una nota mental dentro de otra nota mental dentro de otra nota mental...) provocó una sacudida que atravesó la mente y deletreó una idea en dirección al sacocircuitos que tenía delante, sabiendo que no esperaba contestación.

-Las notas mentales que no recordamos deben de dirigirse a otras dimensiones!. Para tener un sentido, supongo, si aquí las olvidamos. Las imagino flotando hacia el vacío con corrientes invisibles que las desplazan en ventolera. De repente, son atraídas a un mundo que destaca inesperadamente, todas ellas! Es el mundo de las notas mentales perdidas.

Cada una de ellas tiene un color diferente, aunque puedan parecer parecidas. Se miran y vocean una a otras constantamente y hay una algarabía de mucho cuidado. Debe ser porque llevan escrito al frente lo que es cada una, pero no no se pueden leer a sí mismas, sólo se pueden leer unas a a otras. Yo te leo a tí, tu me lees a mí.

Todas hablan a la vez haciendo las mismas preguntas una y otra vez:

Yo, qué digo?...Tengo buen rollito, o soy la nota mental gafe?...Qué soy, quién soy?...Siempre estan así. Y como todos quieren ser los primeros en ser contestados, ninguna nota mental se aclara sobre la idea que llevan sobre sí.

Ahí andan, o flotan, en el mundo de las notas mentales perdidas, todas esas ideas que nunca sujetamos lo suficiente para despertarlas.

Apago el monitor y pienso, al levantarme de ese viejo sillón que se balancea todo beodo, perdido su seguro de fijación hace tiempo ya :

-Nota mental, olvidarme de las notas mentales.



pesadilla cat

pesadilla cat

-Escribir un relato y que se pierda en el espacio. Acaba de suceder. 

Compruebo que es verdad y no puedo evitar un gruñido dirigido al gato transformado.

-Has sido tú?

-Qué más da? llámale el aborto literario, no habías terminado cuando ha sucedido.

-Eres espeluznante, tus palabras acompañan a tu aspecto!.

 Quedas expulsado de la raza gatuna... Hasta que te salgan los pelos de nuevo!

Los recolectores.

Los recolectores.

 

Llegan y rompen uno de los vidrios, que en la casa tengo cientos, para mirar sin ver el inmenso campecho. Tengo miedo, ya están aquí, esta vez tan pronto! A veces, casi me matan, de lo cerca que los tengo. Mas, si no me tocan el corazón mismo, no muero. 

Ni siquiera entran, únicamente pasa una mano entre los cristales rezumantes seguida de un brazo tan extenso...

Con sus dedos enguantados, allá donde me rozan, se llevan algo. Pedazos de mí.

Esta vez, uno sostiene en una zarpa inamovible un recuerdo acompañado y la promesa rota de tu abrazo. La soltó de mis cabellos, que flotaban a lo alto para no dormir de nuevo.

Llevan en sus maletines pedazos temblorosos, sobre grandes zancos suspendidos. Les veo marchar con sus bastones infinitos, a los recolectores de sueños.

Donde van? Donde van los sueños rotos?

El descubrimiento inconcluso.

El descubrimiento inconcluso.

Tan genuina que no pronuncia palabra. Tan especial que su presencia aterroriza o deleita, con agradecimiento, según la sabiduría del ser que se cruza con su sombra. Tan dura como la tierra apelmazada sin agua durante mil días, tan compasiva que sólo la vemos una única vez. 

Pero es, en verdad...

No tuvo tiempo de finalizar en su diario tan tremendo descubrimiento. Una sombra tamizó el pálido papel.

No sé cómo llamarlo

No sé cómo llamarlo


 

-Estamos a años luz de la consciencia. Los humanos se pierden en cifras y estadísticas, para apoyar sus ideales o creencias. El humano se pierde rodeando el bosque, sin internarse en la espesura, el humano flota en la superficie y teme, en realidad, sumergir la cabeza hacia lo profundo y ver el origen de todo y de sí mismo. 

-Demonios arquetípicos cambian su nombre, sin disimulo. El hombre nunca va a cambiar.

Tomamos esta taza de café con hiel en las palabras y flores en la porcelana de las tazas. De repente, parecen hacerse reales y atrapan mi atención, casi olvidando de qué hablaba yo en ese instante.Entre las volutas de humo, me empieza a repetir un fin de conversación que tuve entre esferas , en un intento por declarar algo que era necesario.

No sé cómo llamarlo, mas este ser es espeluznante.  Mi columna se erizó cuando empezó a recitar un fragmento, utilizando mi voz. 

...Ya sabemos que las medidas no son eficaces porque ha de ser un cambio de pensamiento en la mentalidad masculina, en lo que les toca, y la mentalidad femenina, en lo que las toca a las mujeres. Esto es, cambiar la manera de pensar , para empezar.
Otro punto; que hace el sistema, sino dividirnos? creías que en esto iba a ser diferente? nos dividen con religiones, partidos políticos, etc, y fomentar la desunión entre géneros siempre ha estado ahí, con todo lo demás.
Y una relación, una unión entre hombre y mujer es sagrada en el punto que ambos deseen que sea, no que nadie ni nada lo decida.
Alentar la homosexualidad y el lesbianismo? lo que es, lo que hay, es la opción de poder manifestarse como cada uno se sienta , o sea. Sin necesidad de esconderse o ser denostado por ello. Y no, no creo que por eso nazcan menos niños.

Tantas cifras…Tambien sabemos que dan publicidad a unas cosas y a otras la más oscura afonía. Un ejemplo, a que se escucha muy poco de Fukushima?
Y , ya para finalizar, no son los medios los que me han enfurecido, de hecho, no estoy enfurecida. Resignada, viendo que en dos mil años, por decir con cifras, no hemos evolucionado nada.
También disiento en esto, es compatible ser visceral y racional. Como el orden y el caos, como el dia y la noche. Se complementan...

 

El tiempo late sin prisa , sin pausa, sin detenerse en este planeta maldito. Se interrumpe (o ya finalizó) y da un sorbo a su brebaje. El hombre nunca va a cambiar.No quiero darle la razón a este demonio arquetípico y guardo silencio. Adivino que, si ocurriera esa mutación artificial, perdería algo fundamental. 

 Termino la infusión, a mi vez. El tintineo al posar definitivamente la taza sobre el plato, resuena quebrada, como mi esperanza.

Porqué no se ríe?

 



Tigre!

Tigre!

Lo escucho atenazada. La realidad cotidiana se ha esfumado al recibir su voz.

-Cuando llegué a este mundo, creí entender al ser humano-.

Pareciera que mi voluntad se difuminara, pues con un ademán me obliga a caminar junto a él  mencionando el lugar donde nos dirigimos, más con amabilidad sanguinaria que reconfortante. Cierro un momento mis párpados y al alzarlos de nuevo he dislocado, la piedra me rodea con un olor enfermizo. Hemos llegado a este infierno animal.

Mi acompañante hizo una pausa para mirarme a los ojos y despúes continuó caminado hacia el foso, donde agonizaba la causa de nuestra presencia allí.

-Otro error sobre vosotros-. Movió la cabeza de un lado a otro, y fue triste e iracundo ese gesto, tremendo.

Sé lo que estaba pensando, yo misma lo experimentaba. Admirar con toda el alma a esa criatura indomable (y las emociones! que me embargaban al contemplarle así , tan magnífico aún sometido) prácticamente muerto, encerrado ahí...

-Y aún así,

(continuó él por mi)

tan bello!-.

De nuevo, me miró con tal furia, que creí que en ese mismo instante desataría toda su agonía, mas no hizo ni un ademan, únicamente esa mirada demoledora con una luz insufrible. Aparté mis ojos oscuros, no fuera que ardiera por dentro.

 Cada ser mítico que encuentrase, recibía una de las miles de preguntas que inundan mi mente, alegrándome infinitamente si puedo continuar con los interrogantes. No ahora. No me dice si es miedo o muerte, un ángel o demonio, porque no pregunto nada. Me inunda su visión, allí bajo mis pies... No lo puedo soportar.

Estoy tan abrumada ya, y cada vez más lejos y más abajo (mas estoy en lo alto), porque él me ha encontrado y me ha gritado:

-Tigre!-.

El de las barbas muertas

El de las barbas muertas

Estaba sentada sola bajo el tejadillo, mientras esperaba que llegara el transpor , y al instante siguiente no. Mi cerebro hace que vea : ambos estamos sentados cubiertos de luz fría y nos miramos de soslayo.

Tiene una presencia poderosa y parece emanar antigüedad, aunque estoy tratando de adivinar quien es, porque de aquí ( y quiero decir aquí), no es. No emana la miseria del humano. Odín no puede ser, aunque un cuervo en su hombro le acompaña, pero no es tuerto. A ver si va a ser el dios de los Caldeos...

No me dí cuenta, tan concentrada estaba en observarle, que me hablaba suavemente, con voz estropajosa. Pudiera ser un vagabundo espacial?

-Perdone, me decia un secreto...

-Un secreto?

-Si.

No sé el motivo que me impulsa a continuar esta conversación sin pies.

-Puedo contarle un sueño. Le sirve?

Afirma sin sus labios y hace un gesto universal.

 

-Una vez , me soñé a mi misma. Hablamos.-.

-Eso no es relevante para mí, si no te viste morir.

En ese momento no caí en la cuenta de la sacudida que me produjo escucharlo. Una resonancia molesta.

-Tal vez no, mas es de aquellos sueños que siempre se recuerdan.

-Ahora, el secreto.

-No, eso no es necesario. Si fueras aquello que pretendes aparentar, lo sabrías. Llevas un disfráz.


Un rictus disgustado asoma en él y las arrugas comienzan a temblar. Aparto la cabeza, con decoro (o es el miedo a vomitar, algo que odio cordialmente), y le digo que avise al terminar de cambiar de rostro.

Gorgotea durante el proceso del asomar su piel en negro calumniado por el rojo, con las barbas espantadas en retroceso, así que sigo vuelta atrás; murmura de fechas y contratos de libertad, en una noche especial. Luego , nada.

Aburrida de no oir, soy yo la que avisa que me giro. Similar a un sisear escucho el desquiciado restallar:

-No hay truco, no hay...

Un destello de su capa carmesí me contesta, sin esperar.

Tú eres sueño

Tú eres sueño

Le ha delatado el agua, es Sueño el que aparece ante mí.

No puedo evitar preguntarle aquello a lo que ella se negó a contestar ( aparte, nunca dice nada hasta que llega el momento o juega una partida de ajedrez para decir jaque)... y allá va mi voz atravesando burbujas, sin poesía, apenas un tono menor.

-Sueño, me dirás la respuesta?

Me mira, fulmina y vuelve a regenerarme, mas no me doy por vencida. Le enseño el interior y el exterior, entre la risa y el llanto, la alegría y la oscuridad más desolada...Acaso abate mil esferas transparentes para decirmelo? Veo sus ojos y no muero!

-Escucha el rumor de la corriente subterránea.

Le grito que no, y le suplico tener una certeza, al menos. Una verdad.

Y por fin, cede. Acercando su torbellino susurra que , al menos una vez en la vida , soñaré con mi propia muerte.

Mientras me aleja, reflejada en cuentas de aire y mar, ríe sabiendo que no lo voy a recordar.

 


las extrañas gafas

las extrañas gafas

Me pusieron aquellas extrañas gafas y los ví, estaban entre nosotros. Aterrorizada, me las quité bruscamente recordando las palabras del extraño con bata blanca:

-Una vez tu cerebro procese inconscientemente la visión, no las necesitarás para percibirlos…

Mas yo decidí portarlas, con un impulso fatalista, quizás. 

Ha pasado mucho tiempo, desde aquella primera vez. Tenían razón; recuerdo la sensación que tuve al distingurlos entre la muchedumbre, una desolación que jamás ha sido descrita, una crispación interna que aumentaba el desasosiego de mi columna vertebral y dejaba en mi mente un único pensamiento:


No pertenecen aquí. No son hijos de la Tierra.

Lo más terrible es que supe que yo, tampoco.

la mítica flor rosa

la mítica flor rosa

La mítica flor rosa estaba al alcance de mi mano, al fin, después de la odisea que viví en su búsqueda.
Entonces, al rozar sus pétalos, una sacudida interior me conmovió hasta lo más profundo, llegando a la oscuridad que se había instalado en mi ser, en el tiempo que tardé en encontrarla, o quizás, aún antes …
Supe que había fallado.
El aroma me fue negado y, con el, la curación; .
Mis manos estaban manchadas de sangre.

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La imagen no es la misma de Ufópolis, en este minicuento espontáneo , pero HAL ha sido inflexible en esto; él elegía la imagen. Luego le escuché irse por el Nivel 5 (en dirección al hangar)rezongando nosequé de mariconadas las justas...Qué tendrá que ver  la imagen de una flor, digo yo? Y sobre todo...desde cuando HAL se preocupa de esas chorradas humanas? 

la verdadera historia de caperucita roja

la verdadera historia de caperucita roja

Estaban llegando a las lindes del bosque. Las luces titilaban en la distancia, avisando de la presencia humana y el aire, cuando husmearon, era fétido en esa dirección.

La niña, con paso decidido, se adelantó. 

Era su turno.

cántame una nana, Lucifer

cántame una nana, Lucifer

No puedo dormir bien en contínuo y mis párpados se abren ligeros, sin obedencia ,  mirando en el extremo de la habitación , sin esperanza, los números zumbantes.

Las 3:33.  Suspiro y me levanto.

Salgo  descalza, acecándome a la sala, pues me ha parecido oir un chirrido cordoso. En realidad, no necesito mirar. Otra vez le tengo aquí.

-Quiero dormir, Luci.

Siempre sonríe. Es algo que me gusta mucho de él.

Hoy no dice nada, de momento.  Abre un libro holográfico que lleva consigo. Me enseña una esfera en la red, solo una.

Asiento , dándole las gracias.

Muto ( mutandis mutantis, quizás al revés) a mi forma pequeña, peluda y con pensamientos del ahora. 

Entonces, mueve sus labios y la sonrisa se deforma en mueca. Susurra y nunca grita.

- No olvides , no recuerdes... Ya sabes, me diviertes. 


De un salto subo a su regazo y me acomodo. Escucho rascar de piedras entre dientes afilados.

Es su nana, el muy diablo.